Puntos clave que definirán al sector energético en Estados Unidos post elecciones

 24-10-2020
Andrés Zimbrón
   
Portada | Internacional
Foto: Unsplash

Foto: Unsplash

Las próximas elecciones del 3 de noviembre de 2020 representa para los ciudadanos en Estados Unidos la posibilidad de elegir entre dos candidatos, Donald Trump y Joe Biden, con perspectivas totalmente opuestas para el futuro del país y con ello, estará en juego también uno de los principales temas en la agenda política de ambos candidatos, el futuro de la generación de energía.

Por un lado, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump rechaza la iniciativa de llevar a cabo una política transformadora a fin de reducir los gases de efecto invernadero, además de plantear el problema de energía en términos de precios y empleos. Mientras tanto, el ex vicepresidente y candidato del Partido Demócrata, Joe Biden afirma que tiene la intención de implementar una transición a gran escala a energías limpias y renovables, con el agregado de crear miles empleos bien pagados para esta incipiente industria, a fin de posicionar a la nación estadounidense en camino hacia las cero emisiones en 2050.

En este sentido, el presidente Trump ofrece dar una mayor flexibilidad en cuanto a las regulaciones aplicadas a las industria de combustibles fósiles, petróleo, gas natural y carbón. Sin embargo, Biden pretende retomar la estrategia de la administración del expresidente Barak Obama, cuando implementaron regulaciones especiales para reducir las emisiones de CO2 y medidas mucho más estrictas para la extracción de energías no renovables.

Joe Biden tiene la intención de poner a Estados Unidos en un camino hacia un sistema eléctrico totalmente libre de emisiones de CO2 para 2035, una meta muy ambiciosa, pues implica una transformación de infraestructura muy radical para la historia del país estadounidense. Aduce el demócrata que su estrategia será gradual, ejemplificado con su promesa de no prohibir el fracking en el corto plazo, y permitirá generar enormes oportunidades económicas, es decir aumentar siete veces mayor la capacidad de producción de energía eólica terrestre y solar junto con un crecimiento especialmente en el almacenamiento de baterías y energía eólica marina.

A su vez, Trump plantea la estrategia de continuar con lo hecho durante 4 años de su mandato impulsando el compromiso de generar energía en Estados Unidos por medio del carbón. Si bien, la administración del magnate está tomando medidas para apoyar la industria del carbón, la realidad es que la economía y las iniciativas estatales son desfavorables para que la industria del carbón tenga una mayor demanda en el futuro. Tan solo en su primer, y tal vez único, periodo de mandato, la producción de carbón cayó un 30 por ciento, según datos de la consultora McKenzie.

Otro aspecto a destacar en el sector de la energía es la demanda de combustible y vehículos eléctricos, donde Joe Biden plantea combinar un aumento en la producción de vehículos eléctricos y un impulso a la industria a través de estímulos económico e infraestructura de carga, una iniciativa que podría generar una mayor demanda de combustible en el país. En cambio, si Donald Trump logra la reelección, continuará con su intento de flexibilizar los estándares de la economía de combustible y establecer reglas más estrictas en la producción y distribución del combustible, una situación que le daría un ligero repunte para la demanda de gasolina en Estados Unidos.

Cabe señalar que los votantes indecisos serán clave en las elecciones y ambos candidatos se han visto en la necesidad de llamar su atención planteando sus propuestas de campaña enfatizando las iniciativas para la energía de combustible fósil y energías sostenibles. No obstante, la mayoría de los cambios propuestos por Donald Trump y Joe Biden tardarán años en realizarse, pero con el tiempo los dos candidatos tomarán caminos muy diferentes para la energía en Estados Unidos y el mundo.




DESCARGA LA NOTA  SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS