Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: X @WhiteHouse
Donald Trump declaró este lunes 6 de octubre que estaría dispuesto a aplicar la Ley de Insurrección. "Tenemos una ley de insurrección por una razón. Si tuviera que aplicarla, lo haría", afirmó el presidente estadounidense desde el Despacho Oval. Las declaraciones surgen en medio de un conflicto legal con los gobiernos de Illinois y Oregón, ambos liderados por demócratas, quienes buscan bloquear el despliegue de la Guardia Nacional ordenado por la Casa Blanca.
"Si la gente estuviera siendo asesinada y los tribunales nos detuvieran, o los gobernadores o alcaldes nos detuvieran, claro que lo haría", agregó el presidente. En los últimos días, Trump ha enviado tropas a ciudades como Portland y Chicago, argumentando un aumento de la violencia tras protestas contra políticas migratorias.
La federalización de las Fuerzas Armadas se ha convertido en un tema prioritario para la administración Trump como también preocupante para los estados a donde va dirigida. Una de las herramientas que la Casa Blanca tiene por encima de los gobernadores es Guardia Nacional, una fuerza usualmente bajo control de los gobernadores estatales que puede ser federalizada por orden presidencial.
Esta prerrogativa fue invocada por el mandatario tras una decisión judicial en Oregón que impidió el uso de tropas estatales. En respuesta, California envió 300 efectivos a esa ciudad, pese a la objeción del gobernador Gavin Newsom, quien denunció: "Este es un abuso de poder vergonzoso. La Administración Trump ataca sin complejos el propio Estado de derecho y pone en práctica sus peligrosas palabras: ‘ignora las órdenes judiciales’ y trata a los jueces, incluso a los nombrados por él, como oponentes políticos". Ante las contradicciones judiciales, Trump aseguró ante la prensa que no descarta el uso de la Ley de Insurrección.
La Ley de Insurrección de 1807 autoriza al presidente de Estados Unidos a emplear fuerzas armadas o federalizar la Guardia Nacional ante rebeliones, insurrecciones o cuando se impida la ejecución de las leyes. Según su texto, es lícito para el presidente convocar tropas "en todos los casos de insurrección u obstrucción a las leyes, ya sea de los Estados Unidos o de cualquier estado o territorio individual". Además, señala que "será lícito para él (el presidente) emplear, para los mismos propósitos, dicha parte de la fuerza terrestre o naval de los Estados Unidos, como se juzgue necesario, habiendo observado primero todos los requisitos previos de la ley a ese respecto".
Críticos de Trump han denunciado que la estrategia de desplegar militares en ciudades estadounidenses representa un "uso desmesurado del poder presidencial", sobre todo en estados gobernados por la oposición. En una reciente reunión con mandos militares, el mandatario sugirió usar las ciudades como campo de entrenamiento y habló de una "invasión desde dentro". Activistas en Chicago informaron sobre tácticas agresivas, incluidos arrestos nocturnos y separación de menores de sus padres durante operativos migratorios.
Las tensiones aumentan ante lo que gobernadores como Tina Kotek, de Oregón, consideran una maniobra sin base legal ni necesidad real. Desde agosto, la presencia de tropas federales se ha concentrado en regiones con gobiernos demócratas, iniciando en Washington DC y extendiéndose a Oregón, California e Illinois.
De todas formas, esta no es la primera vez. Trump ha considerado invocar la Ley de Insurrección en al menos tres ocasiones anteriores. En junio de 2020, tras las protestas por el asesinato de George Floyd, advirtió sobre su uso, aunque finalmente desistió. En enero de 2025, una orden ejecutiva solicitó un informe sobre la frontera sur que contemplaba la posibilidad de aplicar la ley, opción que fue descartada en abril. Finalmente, en junio de 2025, evaluó nuevamente recurrir a la norma ante manifestaciones en Los Ángeles, pero decidió no implementarla.