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A través de cuestionarse la relación de la riqueza familiar con el ahorro de energía, un grupo de científicas halló, comunidades pobres en Zambia, Nepal y Vietnam gastan más energía. De esta manera, la relación establecida por los investigadores fue, al disminuir la pobreza también disminuiría la demanda energética y se protegería el medio ambiente. Ello, debido a que las comunidades con menores recursos utilizan energías contaminantes y cocinan con combustibles ineficientes, lo cual consume mucha energía.
Marta Baltruszewicz, doctora en investigación sostenible en la Universidad de Leeds, Inglaterra, dirigió una investigación en comunidades pobres de Asia del Sur con la intención de hallar la relación de la pobreza y el ahorro energético. Sin embargo, Baltruszewicz piensa, terminar con la pobreza extrema no depende de producir más bienes y servicios al mismo ritmo del aumento del gasto del gobierno y los hogares. Al contrario, la científica señala, la pobreza extrema depende de diversos factores a los cuales no siempre se pueden solucionar con mayores ingresos como la salud, la educación y vivienda.
Según dicha investigación, en el mundo existen mil millones 200 mil personas carentes de salud y agua potable, y tres mil millones más con acceso limitado a cocinar con energías limpias. Es así como Baltruszewicz junto a su equipo de científicas decidió enfocarse en la relación de carencias económicas con acceso a la salud, educación y energías limpias en Zambia, Nepal y Vietnam. Para ello, se basó en encuestas sobre calidad de vida y las comparó con datos de la Agencia Internacional de la Energía.
De esta manera, las investigadoras hallaron, el principal factor que determina la pobreza en Asia del Sur es el acceso al cambio de cocina tradicional a cocina moderna. Mientras las personas en pobreza extrema utilizan leña y carbón para cocinar, las personas con mayores ingresos pueden costear gas y electricidad, lo cual genera menos contaminación. "En Zambia, Nepal y Vietnam, los recursos de energía moderna están distribuidos de manera extremadamente injusta", señaló Baltruszewicz. Es por ello, los hogares más pobres usan más energías contaminantes a comparación de los hogares con mayor riqueza; incluso las personas pobres utilizan energía para hervir el agua y hacerla potable. La científica apuntó como irónico, las personas pobres en Asia del Sur tengan mayor acceso a un teléfono móvil que a energías limpias para cocinar.
Para paliar la pobreza en Asia del Sur y evitar altas demandas energéticas, las científicas proponen poner atención en los servicios públicos en las comunidades con carencias. Además, una inversión significante por parte del gobierno podría impulsar el acceso a energías limpias y así combatir el cambio climático.
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