Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, renunció el martes luego de una oleada de críticas por el intento de asesinato del expresidente Donald Trump durante un mitin de campaña en Pensilvania a principios de julio.
Cheatle renunció un día después de que fuera cuestionada por miembros del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes en una audiencia sobre las acciones del Servicio Secreto previas al mitin de Trump del 13 de julio en Butler Township. Durante esta audiencia, Cheatle rechazó los pedidos de renuncia, argumentando que era la persona más calificada para dirigir el Servicio Secreto, encargado de proteger al presidente, al vicepresidente, a sus familiares y a los principales candidatos presidenciales.
En el acto, la ahora exdirectora se negó a responder muchas preguntas sobre las acciones de su agencia, lo que enfureció a los miembros del comité. El incidente en cuestión involucró al agresor de 20 años Thomas Crooks, quien disparó contra Trump y los asistentes al mitin, resultando en un muerto y dos heridos graves. En su carta de renuncia al personal del Servicio Secreto, Cheatle escribió: "A la luz de los recientes acontecimientos, con gran pesar he tomado la difícil decisión de renunciar". Agregó que la misión solemne del Servicio Secreto es proteger a los líderes y la infraestructura financiera de la nación, y reconoció que no cumplieron con esa misión el 13 de julio de 2024.
Por su parte, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, nombró al subdirector del Servicio Secreto, Ronald Rowe, como director interino hasta que el presidente Joe Biden designe un reemplazo permanente. En un comunicado, Biden agradeció a Cheatle por "sus décadas de servicio público" y elogió su honor, coraje e integridad al asumir la responsabilidad por las fallas de seguridad. Biden también afirmó que nombrará un nuevo director del Servicio Secreto "pronto".
El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, expresó que la renuncia de Cheatle no detendrá la demanda de "más responsabilidad" del Servicio Secreto. "El Servicio Secreto tiene una misión infalible, pero fracasó históricamente bajo la supervisión de la directora Cheatle", dijo Comer. Añadió que una revisión completa de las fallas de seguridad es necesaria para evitar que se repitan en el futuro.
Las críticas hacia Cheatle se centraron en el fracaso del Servicio Secreto para asegurar un edificio desde cuyo techo Crooks disparó contra Trump. Este edificio estaba a unos 150 metros del escenario donde Trump hablaba y tenía una línea de visión y fuego clara hacia el escenario. El Servicio Secreto no amplió su perímetro de seguridad para incluir el complejo que albergaba este edificio, dejando la tarea a las autoridades locales.
Para los críticos, Cheatle tomó una mala decisión al no colocar un francotirador policial en el techo, una medida que podría haber prevenido el ataque.
Joe Biden y la primera dama Jill Biden agradecieron a Kimberly A. Cheatle por su servicio y sacrificio. "Sabemos que lo que sucedió el 13 de julio nunca debe volver a ocurrir". La revisión independiente de los eventos del 13 de julio continúa, y Biden planea nombrar a un nuevo director del Servicio Secreto en el futuro cercano.
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