Foto: Alan Cortés (NotiPress)
De acuerdo con la cumbre de Davos, organizada por especialistas del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), los países de Latinoamérica necesitan generar un plan de contingencia y respuesta ante las dificultades por las nuevas variantes de Covid-19 en 2022. La encuesta realizada por el WEF en los 18 países de la región indicó, 61% están muy preocupados por la situación mundial, 23% preocupados, 12.1% positivos, y solo 3.6% optimistas. Entre las principales preocupaciones de los dos primeros grupos destaca el recorte de presupuesto en diversos sectores, saldos bajos, y una crisis de empleo por una nueva contingencia sanitaria.
La variante ómicron del virus Sars-Cov-2 ha generado un cambio de actitud hacia la crisis sanitaria, tanto en Latinoamérica como en resto del mundo. Según el comunicado oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta mutación de la enfermedad tiene una mayor velocidad de contagio, pero menor severidad en los síntomas. Asimismo, las afectaciones son menores cuando las personas cuentan con su cuadro de vacunación completo, pero su transmisión puede ocurrir incluso con cubrebocas quirúrgicos según estudios recientes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) informó, las proyecciones económicas para Latinoamérica realizadas en octubre de 2021 apuntaron al 3% de crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) en 2022. Si bien la situación económica fue favorable el 2021, el repunte de contagios y la variante ómicron ponen en crisis las condiciones financieras y cadenas de suministro de la región. Según el estudio del WEF, los efectos de la pandemia en Latinoamérica son complejos, y repercuten de peor manera en aquellos países con dificultades sociales y sanitarias previas. Con base en incidentes como aumento de pobreza, inconformidad social, instituciones corruptas, falta de inversión, problemas de género y diversidad, las afectaciones han repercutido especialmente en países como Brasil.
Por su parte, entre las medidas de contingencia para responder a los nuevos riesgos por ómicron destacaron la inclusión digital y tecnologías orientadas a la conectividad. Datos de la agencia especializada en comunicación, información y tecnología de las Naciones Unidas ITU indicaron, a finales de 2021 2.9 mil millones de personas permanecieron fuera del internet. Con la acelerada transición al teletrabajo y otras actividades que dependen del internet, es indispensable ofrecer su infraestructura y accesibilidad para toda la población. Al respecto el WEF comentó, como parte de la inclusión se deben abordar temas de acceso a los dispositivos electrónicos y capacitación en ciberseguridad, en tanto los ciberataques incrementaron desde 2020. Durante el primer año de la pandemia especialistas reportaron, por cada 12 dólares estadounidenses de actividades delictivas cibernéticas, se invierte solo un dólar en gastos de seguridad.
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