Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La prórroga de 12 meses de la normativa de deforestación lanzada por la Unión Europea recibió tanto elogios como cuestionamientos. Las normas, conocidas como Reglamento de la Unión Europea sobre Deforestación (EUDR), excluirían del mercado de la UE productos que hayan requerido deforestación para su producción, como el cacao de África occidental, el aceite de palma de Indonesia, el caucho natural de China o el café de la cuenca del Amazonas.
A través de esta normativa, la UE intenta modificar los modos de producción al momento de usar la tierra. De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF), esta política gubernamental tiene el potencial de ayudar a los agricultores y al sector agrícola a adaptarse a prácticas más ecológicas libres de deforestación.
De aplicarse correctamente, sostiene el WEF, las políticas públicas pueden incentivar la inversión del sector privado para apoyar esta transición. Además, las regulaciones pueden proveer de confianza a los consumidores de la sostenibilidad de los productos básicos que ingresan al mercado.
Pero, de ser aplicadas de forma incorrecta, la organización asegura que las normas podrían simplemente cambiar el destino de las mercancías. En este escenario, los productos que cumplen con la normativa serían enviadas a la UE, mientas que los que no, se enviarían a otros lugares sin normas similares.
Los costos de cumplimiento, por otro lado, podrían recaer sobre quienes tienen menos capacidad para adaptarse a las nuevas normas. Los pequeños agricultores, por ejemplo, podrían verse obligados a gastar grandes cantidades de dinero para no quedar excluidos del sistema de comercio global. Al mismo tiempo, podrían surgir disputas comerciales a nivel global que tienen el potencial de exacerbar tensiones y perturbar el flujo de bienes y servicios.
Por lo tanto, el WEF asegura que, para una aplicación eficaz del EUDR, se debe mantener un diálogo efectivo entre países productores y consumidores. A su vez, se deben aplicar instrumentos financieros innovadores que puedan aliviar los costos de la transición para los agricultores, como también esfuerzos de trazabilidad y seguimiento.
Existen muchos ejemplos de países y empresas que ya se están preparando e incluso están implementando prácticas acordes con la regulación. Por ejemplo, el sector ganadero de Brasil está tomando medidas para introducir una trazabilidad del 100% de cada animal . De esta forma, la carne de vacuno, el cuero y otros productos podrían seguir vendiéndose, sin deforestación, en la UE.
Pero estas prácticas no tendrán efecto al corto plazo. Sin embargo, el período de prórroga propuesto por la Comisión Europea puede aprovecharse para evaluar los primeros avances, perfeccionar las herramientas y crear la capacidad necesaria para implementarlas con éxito.