Ciudad de México,
Gustavo Torres
Crédito foto: White House (Adam Schultz)
Estados Unidos estaría a horas de tener problemas económicos debido a un virtual cierre de Gobierno. El primero de octubre de 2023 la Administración pública se quedaría sin fondos, con ello agencias gubernamentales, museos, parques nacionales, así como funcionarios, incluidos militares, dejarían de percibir ingresos, esto debido a un bloqueo político encabezado por republicanos.
Aunque estimaciones de la Casa Blanca y analistas de Wall Street sugieren que ante un eventual cierre breve no habría recesión inmediata, los riesgos se incrementarían mientras más dure. El tema es más común de lo que parece y año tras año el asunto se pone en discusión, sin importar el partido oficialista que gobierne.
Antes del inicio del año fiscal, primero de octubre, se debe aprobar el financiamiento necesario para que las dependencias de gobierno operen con normalidad. El presupuesto necesita ser aprobado por el Congreso, es decir, debe haber consenso entre demócratas y republicanos, previo a ser firmado por el presidente. Cuando no se llega a un acuerdo, el Congreso puede prorrogar los presupuestos del año anterior hasta consensuar los nuevos o establecer el cierre del Gobierno o shutdown.
De darse el shutdown, se supende la prestación de servicios federales como la recolección de basura, mantenimiento de parques, se detienen los fondos para tribunales de inmigración o el de impuestos internos. De igual manera, para investigación científica y el préstamo para pequeños negocios o aprobación de nuevos contratos gubernamentales. Para la Casa Blanca, el cierre obligaría a las tropas del ejército a trabajar sin salario, lo que pondría en riesgo la seguridad nacional. Sin embargo, no se suspenden los servicios esenciales como los de salud, departamento de justicia, entre otros. En cuanto a los salarios, para trabajadores federales de las ramas esenciales, no recibirán su salario, pero tendrán una compensación por los días trabajados una vez que se levante el cierre. Ni congresistas ni el presidente serán afectados, pues sus ingresos están protegidos.
La firma de servicios de banca de inversión, Goldman Sachs, estima que de llegar a esta situación reduciría directamente el crecimiento del PIB en alrededor de 0,15 puntos porcentuales por cada semana que dure, o alrededor de 0,2 puntos porcentuales por semana una vez incluidos los efectos del sector privado. Pese a la posible caída económica, indican que los mercados no han reaccionado con fuerza a cierres anteriores.
"Al final de los tres cierres prolongados desde principios de la década de 1990, los mercados de valores terminaron planos o subieron incluso después de sumergirse inicialmente. El dólar se debilitó ligeramente después de que comenzaran los cierres anteriores y el rendimiento del Tesoro a 10 años generalmente disminuyó, pero las preocupaciones por el límite de la deuda impulsaron los rendimientos más altos a lo largo de la curva durante el episodio de 2013", señala la compañía.Estados Unidos se ha ido a cierre de gobierno en 21 ocasiones, siendo en 2019, bajo la administración de Donald Trump, el más prolongado; duró 34 días.
El control político del Congreso en Estados Unidos está dividido en dos frentes; demócratas manejan el Senado y republicanos la cámara de Representantes. En el Senado sí se llegó a un acuerdo bipartidista, pero en la cámara baja grupo de legisladores republicanos presentaron un proyecto para realizar recortes al presupuesto. Uno de los principales motivos es lo que se quiere destinar en ayuda militar y humanitaria para Ucrania, siendo 24 mil millones de dólares para Kiev.
"No hay razón para estar en esta situación", comentó el presidente estadounidense, Joe Biden. Describió al conflicto como "una falta a los compromisos con los ciudadanos", además de señalar que todo se solucionará una vez que el Congreso "haga su trabajo". El arreglo para evitar un shutdown no parece llegar, al menos no en el futuro cercano debido a la división política en el país.