Foto: Alexa Vargas (NotiPress)
Alrededor de una tercera parte de los bonos negociables a nivel mundial, tienen rendimientos negativos, y los estrategas de los bonos infieren que los rendimientos podrían seguir bajando de no resolverse las guerras comerciales o haya señales de mejora del crecimiento global.
Las tasas negativas de rendimiento en los bonos gubernamentales, se generaron después de la crisis financiera de 2008 y se ha acelerado en la segunda década del presente siglo, ante la fragilidad de la economía y guerra comercial entre Estados Unidos y China.
En este contexto, Dinamarca, Alemania, Países Bajos y Finlandia, tienen rendimientos negativos en todo su espectro de tasas. El 87% de los bonos con rendimiento negativo, se sitúan entre Europa y Japón.
Alemania inclusive colocó el miércoles 21 de agosto 2019, 824 millones de euros en bonos a 30 años a una tasa de interés media del -0,11%, representa la primera vez que ocurre en el país europeo
Se observa un rápido movimiento a la baja en los rendimientos de los bonos globales, con un aumento de la deuda con rendimientos negativos hasta el punto en que ahora equivale a casi un tercio de los bonos negociables en todo el mundo, según JP Morgan.
Este fenómeno, puede sonar absurdo pues significa que los contratos no pagan intereses, al contrario, pierden por invertir. Las deudas, a la fecha de vencimiento son menores y los prestamistas pagan por el privilegio de prestar. Aun así, los interesados en las subastas se han mostrado dispuestos a pagar más del valor nominal que recibirán al vencimiento.
Los motivos principales de esta disposición por parte de los inversores y su disposición por a asumir pequeñas pérdidas a cambio de seguridad, se debe a que prefieren asegurar una perdida modesta ante un panorama complicado en la economía.
Así es como se está comportando el mercado global de bonos estos días donde cada vez más bonos gubernamentales se están comprando y vendiendo a tasas negativas de rendimiento.
Estos bonos con rendimiento negativo infieren que los inversionistas prevén un crecimiento e inflación globales por debajo de la media en los años por venir por lo que aceptan un rendimiento negativo en un bono de alguna economía fuerte a cambio de tener su dinero en lugar seguro por si la economía descendiera todavía más.
Dicho por economista de la Universidad Loyola Marymount en California, Sung Won Sohn "Es como termómetro de la economía, y está indicando que la economía está enferma". Después de todo, aceptar un rendimiento negativo en un bono es aceptar perder dinero a cambio de guardarlo en lugar seguro, reflejo de precaución ante pronósticos de que los rendimientos descenderán todavía más.
Inversores han saltado a la seguridad de los bonos, en medio de preocupaciones por la desaceleración de la economía mundial y los costos comerciales que ya han tenido las tensiones entre China y Estados Unidos.
El alto precio de los bonos reflejado en los bajos rendimientos también plantea la posibilidad de un desplome en el mercado de bonos si cambia el sentimiento de los inversionistas o si las economías de Europa y Japón comienzan a ganar impulso y sus bancos centrales cambian las políticas monetarias y suben las tasas de bonos para ganar competitividad.
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