Tormentas invernales paralizan vuelos y provocan emergencias en Estados Unidos

Una fuerte combinación de nieve, hielo y lluvias provocó cancelaciones masivas de vuelos, condiciones de emergencia y deslaves en distintas regiones de Estados Unidos el sábado 27 de diciembre de 2025. Los efectos del fenómeno coincidieron con uno de los periodos de mayor actividad turística del año, lo que generó afectaciones en aeropuertos, carreteras y zonas residenciales.

Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), entre 15 y 25 centímetros de nieve cayeron durante la madrugada en áreas que abarcan desde Syracuse hasta Long Island, además de Connecticut. Solo en la ciudad de Nueva York, Central Park registró 10 centímetros de nieve, la mayor cifra desde 2022.

En respuesta, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, declaró el estado de emergencia en más de la mitad del territorio estatal. En Nueva Jersey, la gobernadora interina Tahesha Way extendió la medida a todo el estado ante la amenaza de "nieve intensa, aguanieve y lluvia helada". Way advirtió que la tormenta afectaría los desplazamientos por carretera y pidió evitar viajes innecesarios.

A consecuencia de la tormenta, más de 14.400 vuelos nacionales fueron cancelados o retrasados durante la mañana del 27 de diciembre de 2025, especialmente en el área metropolitana de Nueva York. También se reportaron más de 2.100 cancelaciones de vuelos internacionales. Aeropuertos como Newark Liberty, John F. Kennedy y LaGuardia emitieron advertencias por condiciones invernales que impactarían los itinerarios.

El NWS alertó sobre riesgos de viaje desde los Grandes Lagos hasta el Atlántico medio y el sur de Nueva Inglaterra. Además de la nieve, la acumulación de hielo amenazó con provocar cortes eléctricos y daños en árboles. En el occidente del país, las lluvias intensas afectaron al sur de California, donde se reportó la temporada navideña más lluviosa en años. Las tormentas causaron deslaves y acumulación de escombros que bloquearon viviendas en zonas como Wrightwood, un poblado montañoso al noreste de Los Angeles. Ahí, las calles se convirtieron en ríos de lodo que sepultaron vehículos.

El 25 de diciembre, los bomberos rescataron a más de 100 personas en el condado de Los Angeles, y un helicóptero recuperó a 21 atrapados en sus automóviles. La Policía local respondió a más de 350 accidentes viales, según reportó la alcaldía angelina.

Aunque las precipitaciones disminuyeron, las autoridades insistieron en que persiste el riesgo de inundaciones repentinas y deslizamientos, recogió NotiPress de medios estadounidenses. "Aún no estamos completamente fuera de peligro, pero en general, lo peor ya ha pasado", declaró Mike Wofford, meteorólogo del NWS en Los Angeles. Las condiciones meteorológicas adversas mantienen en alerta a varias regiones del país mientras se aproxima el fin de año, con impactos directos en movilidad, seguridad y logística.