Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: X @MohammadNabi007
Un fuerte terremoto sacudió el este de Afganistán la noche del domingo 31 de agosto, dejando un saldo preliminar de más de 800 muertos y al menos 2,700 heridos, informaron autoridades este lunes 1 de septiembre. El movimiento telúrico, de magnitud 6,0, fue seguido de cinco réplicas que se sintieron a cientos de kilómetros y agravaron la destrucción en varias provincias.
Las cifras fueron confirmadas en Kabul por el portavoz principal del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, durante una conferencia de prensa. Según el funcionario, en la provincia de Kunar se registraron 800 fallecidos y 2,500 heridos, mientras que en Nangahar, donde se ubicó el epicentro, se reportaron 12 muertos y 255 lesionados. Mujahid escribió en la red social X que "los funcionarios locales y los residentes ya participan en las labores de rescate de los afectados". En el mismo comunicado añadió: "equipos de apoyo desde el centro y las provincias cercanas también están en camino, y se utilizarán todos los recursos disponibles para salvar vidas".
Según la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA), se desplegó personal de emergencia en la zona afectada para entregar "asistencia de emergencia y apoyo vital". Por su parte, la Media Luna Roja Afgana envió brigadas médicas hacia Kunar, provincia que concentra la mayor devastación causada por el sismo.
El terremoto se registró a las 23:47 horas del domingo, con una profundidad de ocho kilómetros, y ocasionó deslizamientos de tierra que obstruyeron caminos y dejaron aisladas varias aldeas. Estas condiciones dificultaron el acceso de los equipos de rescate, los cuales intentan llegar a comunidades situadas en valles montañosos de difícil acceso. Las autoridades señalaron que las operaciones de asistencia requieren gran despliegue logístico debido a la precariedad de las infraestructuras y a la geografía accidentada de la región, incrementando la vulnerabilidad de los afectados.
La vulnerabilidad de la población de Kunar se debe a que gran parte de los habitantes residen en viviendas precarias construidas con barro y paja. Estas estructuras, frágiles frente a los sismos, incrementaron el número de víctimas en un contexto marcado por décadas de conflicto y falta de infraestructuras sólidas.
De acuerdo con organismos internacionales, se trata del terremoto más grave que golpeó a Afganistán desde octubre de 2023, cuando varios sismos en la provincia de Herat dejaron más de mil 500 muertos.