Cinco grandes conclusiones sobre vehículos eléctricos de la "gran y hermosa ley" de Trump

 14-07-2025
Carlos Ortíz
   
Portada | Movilidad
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress)

La reciente aprobación de la ley "One Big Beautiful Bill", promovida por el presidente Donald Trump, marcó un punto de inflexión en las políticas federales de apoyo a los vehículos eléctricos en Estados Unidos. Esta legislación, firmada el pasado fin de semana, introdujo modificaciones sustanciales que afectan el acceso a créditos fiscales, la infraestructura de carga y las condiciones de producción de automóviles eléctricos.

Uno de los cambios más inmediatos es la eliminación del crédito fiscal de hasta 7,500 dólares para la compra de vehículos eléctricos nuevos. Este beneficio, establecido previamente hasta 2032, bajo la administración anterior, finalizará el 30 de septiembre de 2025. Según el medio WIRED, los vehículos eléctricos usados aún recibirán un crédito de 4,000 dólares mientras se mantenga el actual esquema fiscal.

No obstante, la elegibilidad para estos incentivos sigue siendo limitada. Las condiciones incluyen restricciones de ingresos para los compradores, además de requisitos técnicos relacionados con el ensamblaje y la procedencia de los componentes del vehículo. Estas medidas podrían reducir la disponibilidad de modelos asequibles, especialmente para consumidores que buscan opciones económicas.

La ley también impacta la infraestructura de carga residencial. El crédito fiscal para la instalación de cargadores domésticos, que cubría el 30% del costo hasta un tope de 1,000 dólares, continuará vigente hasta junio de 2026. De todas maneras, solo estará disponible para personas que residan en zonas de bajos ingresos o regiones no urbanas.

Además, la ley modifica los programas de apoyo a la industria automotriz, exigiendo un mayor contenido de producción nacional en los componentes para acceder a beneficios fiscales. Kathy Harris, directora del programa de vehículos limpios del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, declaró: "Seguir avanzando será un reto", al referirse a las nuevas exigencias que enfrentará la cadena de suministro de autos eléctricos.

Otro cambio relevante es la eliminación de sanciones a los fabricantes que incumplan con los estándares corporativos de economía de combustible promedio. Estas regulaciones, vigentes desde hace cinco décadas, impulsaron la producción de vehículos con menor consumo de combustible y facilitaron la introducción de modelos híbridos y eléctricos. Con la eliminación de estas penalizaciones, desaparece un incentivo clave para continuar esa tendencia.

Pese al repliegue del gobierno federal, algunos estados mantienen políticas activas para promover vehículos más limpios. "Creo que veremos a los estados intervenir para cubrir la carencia", señaló Harris. California, Nueva York, Colorado y otros gobiernos locales ya implementan incentivos propios y avanzan con metas de transición hacia tecnologías de cero emisiones.

Joseph Yoon, analista de Edmunds, recomendó actuar con rapidez frente al vencimiento del crédito federal. "Si está interesado en un vehículo eléctrico ahora mismo, debería comprarlo", expresó. Por su parte, Nick Nigro, fundador de Atlas Public Policy, apuntó: "Los estadounidenses prestan cada vez más atención a estas ofertas, y con el tiempo habrá demanda".




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