Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La industria automotriz mundial vive una transformación profunda impulsada por la globalización y la llegada de la electromovilidad, factores que han cambiado las estrategias de producción y venta. Marcas de diferentes nacionalidades buscan optimizar costos a través de acuerdos, plataformas compartidas y, especialmente, una creciente participación de China, líder en la fabricación de baterías y componentes a costos competitivos. Esta tendencia también afecta a países como Argentina, que, aunque no produce vehículos eléctricos, mantiene una política de aranceles del 35% para autos importados fuera de acuerdos regionales.
En Estados Unidos, la administración Biden ha seguido una línea proteccionista, aplicando aranceles elevados a vehículos de origen chino para reducir la dependencia de este mercado. Sin embargo, en el contexto de las próximas elecciones, el expresidente Donald Trump ha propuesto extender medidas proteccionistas con exenciones fiscales para la compra de autos fabricados exclusivamente en suelo estadounidense. Esto incluye deducciones de intereses de préstamos prendarios, una medida que, según Trump, impulsaría la industria nacional. Sin embargo, economistas advierten sobre un posible incremento en los precios y un freno al crecimiento económico.
Fabricantes extranjeros con plantas en Estados Unidos, como Toyota, Honda y Hyundai, esperan que sus modelos sean incluidos en estos beneficios. Pero el enfoque de Trump hacia la protección de la manufactura local aún deja en incertidumbre a marcas del grupo Stellantis, que combina modelos de producción local con marcas europeas como Peugeot y Fiat.
Stellantis, uno de los grupos más afectados, enfrenta desafíos significativos en el mercado estadounidense. Su CEO, Carlos Tavares, ha señalado que la competencia con marcas chinas podría requerir ajustes como el cierre de plantas o la venta de algunas marcas, dado el aumento de costos y una demanda decreciente. En septiembre, el presidente del consejo de concesionarios de Stellantis, Kevin Farrish, envió una carta a Tavares responsabilizándolo por el deterioro de marcas como Jeep y Dodge, criticando su enfoque de ganancias a corto plazo.