Foto: Inés Alvarado
Las aplicaciones de micromovilidad con el uso de monopatines (scooters) y bicicletas sin anclaje han centrado la discusión en materia del espacio que utilizan por parte de los vecinos en la Ciudad de México; la inseguridad también ha puesto en riesgo el uso de estos equipos; mientras, se trabaja en infraestructura en función de atender las demandas de usuarios tanto para las aplicaciones y como para los vecinos de las colonias. No obstante, estos son algunos retos a los que se enfrenta Grin.
Grin fue una de las dos aplicaciones que refrendó su compromiso por pagar la contraprestación impuesta por la nueva administración en la Ciudad de México, a cambio de mejorar la seguridad a su infraestructura debido al robo de monopatines, por lo que siguen en diálogo abierto, mientras operan parcialmente debido al alza en robos de estos vehículos.
De acuerdo con el vocero institucional de la empresa, la app de movilidad en monopatín considera dos temas principales para generar buenas condiciones de operatividad: la regulación con unidades definidas, lo que limita su expansión y la seguridad.
El vocero de la empresa asegura que como compromiso han innovado en tecnología para protección de sus monopatines, pero no ha sido suficiente, por lo que han parado su actividad parcialmente mientras llegan a un acuerdo con autoridades con el objetivo de garantizar seguridad a sus equipos y usuarios.
Por otro lado, la compañía asegura que la alta demanda como alternativa en la Ciudad de México se agudiza en los días jueves y viernes en horarios de comida y salida laboral: en este nuevo esquema de regulación, actualmente operan con 3 mil 500 monopatines para cubrir la demanda en una superficie tan amplia: "Principalmente en horas pico, que resulta insuficiente, por lo que es importante ampliar esta cifra para bien de los ciudadanos, complementando así la oferta de movilidad con otros medios de transporte público", explica el vocero.
En este sentido, la compañía de micromovilidad ha sido una de las dos empresas que ha cumplido con sus requisitos con una contraprestación: "Esa regulación se ha trabajado con las autoridades. Sin embargo, nos damos cuenta que las demandas de esta alternativa, puede aumentar el número de monopatines a diferencia de los 1750 para cada empresa, por lo tanto, siguiendo la buena relación con el gobierno hemos trabajado para que se aumente y para que se cubra la demanda", informó la startup de micromovilidad.
La amplicación de polígonos, mejorar la infraestructura como ciclovías, el rediseño geométrico de las vías para bicicletas y monopatines, el uso adecuado del pago de la contrapestración para generar infraestructura en la Ciudad de México son temas en los que coinciden la empresa y Dana Corres, experta en movilidad, sin duda, los monopatines se convierten en una opción amigable con el medio ambiente, representando el ahorro de 327 toneladas de emisiones de CO2 en la Ciudad de México desde el inicio de operaciones de la startup.
Una de las venas de esta nueva forma de movilidad es hacer un trabajo con los usuarios y reducir las molestias con vecinos de las colonias donde se encuentra Grin, por lo que, atendiendo también las demandas ciudadanas, la startup ha implementado Escuelas Grin y consideran como una curva de aprendizaje este tiempo, donde el usuario conoce las reglas de circulación: "Cada vez que tenemos una escuela Grin nos dan mucho gusto, hemos tenido respuesta por la ciudadanía".
Grin, startup de micromovilidad mexicana apostó a los scooter sin anclaje como respuesta a los problemas de movilidad de los usuarios en la Ciudad de México, asimismo, buscan ampliar el territorio de uso gracias a la demanda. Además, consideran que el pago de la contraprestación sirve para generar infraestructura donde puedan creer ofreciendo un servicio adecuado a sus usuarios, pero la inseguridad y robo de sus equipos sigue siendo el mayor reto de la empresa.
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