Foto: Composición NotiPress
En un escenario donde las decisiones políticas y económicas internacionales moldean el destino de las inversiones, México se encuentra en un punto de inflexión dentro del sector automotor. Mientras algunas empresas, como Tesla, deciden pausar sus proyectos debido a la incertidumbre electoral en Estados Unidos, otras como Volvo apuestan por expandir su presencia en el país.
Ante esta situación, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, confirmó la instalación de una nueva fábrica de Volvo en la entidad marcando una clara apuesta por el potencial económico de la región. García, quien hizo el anuncio a través de su cuenta de Instagram, expresó entusiasmo por el proyecto y según él, "es algo que teníamos muy guardado". La nueva planta se construirá en el municipio de Ciénega de Flores y abarcará casi 160 mil metros cuadrados y comenzará a operar en 2026.
La inversión de Volvo en México es un importante impulso para la región. La automotriz sueca había anunciado en abril el establecimiento de una instalación completa para el ensamblaje de vehículos pesados, que incluirá la fabricación y pintura de cabinas y carrocerías. El objetivo es fortalecer la producción y aumentar las ventas de camiones bajo las marcas Volvo y Mack en Estados Unidos, Canadá, México y América Latina. Esta iniciativa responde a la posición estratégica de Nuevo León, situado en la frontera entre México y Estados Unidos, convirtiéndola en la región como referente para el nearshoring.
Igualmente, Nuevo León logró atraer a numerosas empresas extranjeras interesadas en aprovechar la ubicación geográfica, los precios competitivos de la mano de obra y los acuerdos de libre comercio que México mantiene. Este fenómeno espera se impulse la economía local y nacional. De hecho, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) estima que el Producto Interno Bruto (PIB) mexicano registre un crecimiento del 4% durante esta década gracias a la tendencia del nearshoring.
Sin embargo, la incertidumbre sobre las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos genera preocupaciones sobre el futuro de las relaciones comerciales con México. Donald Trump, quien lidera las encuestas como candidato presidencial republicano, propuso políticas que podrían afectar negativamente el sector automotriz en México.
Trump anunció que, en caso de ser reelegido, impondría nuevas cargas tributarias a las exportaciones de automóviles producidos en México y bloquearía la construcción de fábricas de armadoras chinas en el país latinoamericano. Esta medida proteccionista fue respaldada por el senador de Ohio, James David Vance, candidato republicano a la vicepresidencia, quien criticó el T-MEC por trasladado de empleo manufacturero a México.
No obstante, México avanzó del cuarto al tercer lugar entre los mayores exportadores automotrices del mundo, según la Organización Mundial de Comercio (OMC). Entre 2022 y 2023, las exportaciones de la industria automotriz crecieron un 14.33%, alcanzando un valor de 188 millones 903 mil dólares.
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