Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El desgaste acelerado de los chips automotrices en climas cálidos está generando preocupación en la industria tecnológica y automotriz. Un informe reciente del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por sus siglas en inglés), señala que las altas temperaturas están reduciendo significativamente la vida útil de estos componentes esenciales. Esto plantea importantes desafíos en términos de confiabilidad, durabilidad y seguridad de los vehículos modernos.
Las temperaturas extremas en regiones como Phoenix, Arizona, alcanzaron niveles récord, con días que superan los 43 °C y cabinas de vehículos que llegan hasta los 93 °C. Estas condiciones afectan directamente a los chips automotrices, diseñados para operar en rangos de hasta 125 °C. Según un informe del IEEE, "los factores ambientales, como la temperatura, la humedad y la radiación, pueden tener un impacto significativo en la degradación y el fallo de los sistemas".
Steve Pateras, vicepresidente de Synopsys, destacó que las altas temperaturas redujeron la vida útil de chips diseñados para durar 30 años a tan solo 26 años después de un solo año de exposición extrema. Este cálculo, basado en la ecuación de Arrhenius, que evalúa la degradación de materiales por temperatura, fue corroborado en entornos como Phoenix, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes.
Además del calor sostenido, las fluctuaciones térmicas incrementan las tensiones mecánicas en los componentes, afectando uniones de soldadura y encapsulados. Josh Akman, ingeniero de Ansys, explicó que los gradientes térmicos generan desajustes en los coeficientes de expansión de los materiales, causando modos de fallo a nivel estructural y mecánico.
Los fabricantes de chips están trabajando en soluciones para mitigar el impacto de las altas temperaturas en los sistemas automotrices. Entre las estrategias están el uso de nuevos materiales, la implementación de diseños más robustos y la incorporación de tecnologías de monitoreo predictivo. Según Bill Stewart, vicepresidente de Infineon Technologies, la seguridad funcional y la detección temprana de fallos son clave para alertar a los operadores y prevenir fallos graves en los sistemas automotrices.
Por su parte, David Fritz, de Siemens EDA, señaló que se están desarrollando algoritmos de inteligencia artificial para mejorar la resiliencia de los sistemas de los dispositivos. "No se trata solo de monitoreo. Se trata de tomar decisiones y cambiar la funcionalidad del dispositivo de manera que pueda prolongar su vida útil", afirmó Fritz.
La próxima actualización de la norma ISO 26262 incluirá herramientas de monitoreo predictivo para mejorar la resiliencia de los sistemas automotrices. Este enfoque permitirá predecir fallos antes de que ocurran, complementando las técnicas actuales de diseño con resiliencia activa basada en datos.