Ciudad de México,
Alejandra Rojas
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La operación de las empresas de micromovilidad en la Ciudad de México, cuyo auge comenzó en 2018 y suponía su consolidación en 2019, se hizo más compleja debido a la inseguridad a la que se exponen estos medios de transporte de última milla y la limitaciones de cantidad de unidades permitidas en la regulación de bicicletas sin anclaje y scooters.
Durante 2019, la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México a cargo de Andrés Lajous anunció nuevas formas de regulación de apps en micromovilidad; empresas proveedoras de estos servicios ofrecieron pagar un derecho a cambio del permiso de uso. Otras empresas que operaban sin regulación decidieron retirarse del mercado. Grin, startup mexicana de micromovilidad cuya oferta se centra en monopatines, fue una de las dos apps que refrendó su compromiso pagando la contraprestación impuesta por el gobierno.
Con el crecimiento, el negocio de la firma fundada por Jonathan Lewy y Sergio Romo comenzó a tener un enorme problema. Aunado al ritmo del negocio, comenzaron los robos de monopatines. "Todo el tiempo estamos innovando en tecnología para protección de nuestros monopatines. Hemos trabajado en innovaciones tecnológicas, sin embargo, necesitamos apoyo de la autoridad para garantizar seguridad para los usuarios", señaló un vocero de Grin.
De acuerdo con el vocero institucional, el sector de movilidad de última milla tiene que evolucionar hacia una regulación más dinámica para permitir incrementar el número de monopatines. Además, el gobierno debe mejorar de forma drástica la seguridad en las ciudades. Estos factores crearían las condiciones óptimas de operación para las empresas de micromovilidad. En la capital mexicana, la firma comentó que alrededor del 10% de sus unidades fueron robadas.
Grin, en entrevista para NotiPress, comparó el servicio de Guadalajara con la Ciudad de México, donde falta mayor apoyo en temas de seguridad y ejemplifica cómo su proyecto piloto en el estado de Jalisco recibió el acompañamiento de autoridades con el uso de C5 y C2 para el monitoreo, seguimiento e incluso recuperación de sus monopatines.
Debido a esto, la startup mexicana optó por sacar parcialmente sus monopatines de las calles para reforzar las medidas de seguridad. Además, confía, las autoridades garanticen el estado de derecho. Por su parte la empresa ha presentado las denuncias correspondientes y se mantiene abierta a colaborar con las instituciones, a fin de que se sancione conforme a la ley a aquellas personas que sustraigan o hagan uso de unidades reportadas como robadas.
En el transcurso de 2020 se prevé la renovación anual del permiso por parte de las empresas de micromovilidad. La experta en movilidad Dana Corres, señaló, la actual implementación de estos servicios consiste en un esquema por subasta, donde la aplicación da una contraprestación en el análisis del mapeo sobre el uso de sus monopatines. Esto se promedia con los ingresos declarados y se estima el nivel de la contraprestación. La implementación prevé otorgar al gobierno recursos para generar infraestructura para las estaciones de monopatines, personal y los servicios requeridos.
Mejorar la infraestructura de ciclovías, la ampliación de polígonos, implementar el rediseño geométrico de las vías para bicicletas y monopatines y el uso adecuado del pago de la contrapestración para generar infraestructura en la Ciudad de México son temas en los que coinciden los especialistas de movilidad de última milla. Aunque el principal reclamo del sector empresarial se orienta en evolucionar hacia una regulación adecuada y agregar mayor seguridad con el fin de impulsar la micromovilidad en CDMX.