Ciudad de México ,
Andrés Zimbrón
Crédito foto: Pexels
Las repercusiones por la propagación mundial del coronavirus todavía no se detienen, la pandemia trae consigo un nuevo orden social, de movilidad, económico y gubernamental. Una de las consecuencias más grandes a raíz del COVID-19 ha sido la limitación del libre tránsito en múltiples ciudades alrededor del mundo con la intención de frenar el virus.
Si bien, cada país adoptó diferentes medidas sanitarias, la mayor parte de los países solicitó a los ciudadanos permanecer en casa por recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, las personas que no puedan cumplir con esa norma, deberán seguir las recomendaciones de distanciamiento social, además de limitar su libre tránsito por las calles de cada ciudad.
El efecto del COVID-19 aún es incalculable. Según la Unión de Bancos Suizos (UBS), el pronóstico de crecimiento global para 2020 será del -0.5 por ciento. Las restricciones implementadas por cada gobierno en los países con el fin de combatir el coronavirus trae consigo secuelas económicas y, mientras se intensifican las limitaciones de libre tránsito, el crecimiento global de 2020 seguirá cayendo. El mundo ha pasado de crisis moderada a severa en tan solo dos semanas.
Por otra parte, millones de personas en los cinco continentes se mantienen en cuarentena a causa del coronavirus, con la intención de no comprometer su salud física y mental. Esto trae como consecuencia una baja movilidad por todo el mundo. Europa ha limitado los servicios de transporte público, aéreo, ferroviarios, terrestres y marítimos. Medio Oriente adoptó medidas drásticas como el toque de queda en Jordania, la interrupción de todo el transporte en Arabia Saudita y la limitación de acceso a las mezquitas y lugares de culto. Aunado a ello, el país más afectado por el COVID-19 en América, Estados Unidos, decidió poner a todo el país en confinamiento obligatorio a fin de enfrentar la pandemia del coronavirus; esa medida comenzó en las ciudades de California y Nueva York.
En el caso de México, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez aseguró que las medidas de sana distancia y restringir la movilidad social permitirán al país entrar en la fase tres de la pandemia y, con ello, permitir una curva menor de contagios los cuales van a requerir hospitalización. Además, el funcionario afirmó que a pesar de la propagación del COVID-19, en México no se pueden aplicar medidas tan extremas como en otros países debido a las posibles afectaciones en la economía nacional y la integridad de los mexicanos.
Hasta el momento, las posibilidades de moverse en cualquier ciudad del mundo han sido limitadas durante un periodo de 40 días y existe la probabilidad de ampliar el tiempo de la cuarentena en muchos países. Por ello, un periodo de tiempo tan largo de aislamiento obligatorio podrá ser vital para la erradicación de COVID-19, pero tendría un impacto negativo en cualquier industria, principalmente en la de la movilidad.