Algunos ven en la IA una solución milagro ¿podría acelerar la sostenibilidad?

 24-09-2024
Axel Olivares
   
Portada | Negocios
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress)

Ante la crisis climática, la inteligencia artificial se ha tenido en cuenta como una herramienta efectiva para mitigar los efectos del cambio climático. No obstante, el World Economic Forum (WEF) afirma que la IA tiene su "kryptonita" ya que sus demandas energéticas podrían socavar sus beneficios si no se gestiona con cuidado.

La IA tiene la capacidad de ampliar drásticamente los esfuerzos de sostenibilidad a través de la gestión de los sistemas, desde las cadenas de suministro globales hasta las redes eléctricas y el clima. Al analizar grandes cantidades de datos de varios campos, se pueden descubrir patrones ocultos, conexiones e ineficiencias que la automatización tradicional podría pasar por alto.

En materia climática, la IA puede analizar rápidamente, por ejemplo, miles de millones de posibilidades para identificar los mejores materiales para crear productos sostenibles. Además, puede monitorear imágenes satelitales, pronósticos meteorológicos y sensores de suelo para ayudar a los agricultores a optimizar el uso de agua, fertilizantes y pesticidas.

No obstante, la IA en si no es la herramienta más sostenible, ya que consume grandes cantidades de energía, incluso más que las soluciones de TI y la nube tradicionales. Esto lleva a los expertos a preguntarse si los beneficios de la IA en materia de sostenibilidad superan sus propias demandas energéticas.

El WEF considera que a medida que la IA integre soluciones sostenibles en la red, podrá tener la oportunidad de optimizar su propio consumo energético. De esta forma, se podría equilibrar la ecuación.

De todos modos, la organización asegura que la IA no resolverá por sí sola la crisis climática. Aunque represente una herramienta muy poderosa para ampliar y acelerar los esfuerzos de sostenibilidad permitiendo a las empresas medir, predecir y optimizar el impacto ambiental, se requiere la colaboración entre los gobiernos, las industrias y la sociedad civil para maximizar el potencial de la IA y limitar sus desventajas.

Para esto también se debe abordar los desafíos en materia de consumo de energía que conlleva la IA. Según el WEF, la IA ofrece los medios para acelerar el progreso hacia la reducción a la mitad de las emisiones globales para 2030. Aunque la tarea sea abrumadora, es alcanzable. Por lo tanto, utilizando la IA como catalizador de un cambio escalable y significativo, las empresas pueden alinear su crecimiento económico con una gestión ambiental responsable.




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