Ciudad de México,
Ali Figueroa
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De acuerdo con Jefferson Gutiérrez, socio líder de asesoría en tecnología forense de KPMG México, las organizaciones y empresas pierden 1% de sus ganancias como consecuencia del crimen financiero. Con datos del informe "Una triple amenaza en las Americas", el vocero comentó a NotiPress que solo 8% de las empresas del país consideran tener controles adecuados para prevenir estos crímenes.
El Gobierno de México informó que los delitos financieros disminuyeron 30.3% durante el primer semestre de 2023. No obstante, tras las afectaciones por la pandemia de Covid-19, la Interpol de Estados Unidos considera que los crímenes financieros cometidos en internet preocupan a las autoridades de todo el mundo.
Según KPMG, las empresas que cuentan con niveles de excelencia para hacer frente a los crímenes financieros representan una pequeña parte del sector. En México, 42% de las empresas cuentan con al menos una iniciativa en la prevención de estos delitos, mientras que 58% no dispone de ninguna medida al respecto.
Bajo esta línea, Gutiérrez presentó los cuatro tipos de riesgos del crimen financiero que pueden repercutir sobre las empresas:
En la opinión del socio líder de asesoría forense, el embate económico es la primera consecuencia natural del crimen financiero. No obstante, comparado con lo que piensan algunas empresas, el impacto puede incluir gastos no contemplados; tales como inversiones adicionales en materia de especialistas y equipo de prevención para futuros incidentes.
Asimismo, la continuidad y negocios de las empresas se pueden ver comprometidas ante el crimen financiero. Con motivo de una mala reputación derivada de los incidentes delictivos, clientes, proveedores, y socios podrían terminar las relaciones comerciales de manera irreversible.
Por su parte, ante la vulnerabilidad tras el crimen financiero, las empresas pueden sufrir crímenes adicionales, como extorsiones, venta de información sensible y compromiso de los sistemas. Aunado a este factor, la resolución de casos por terceros regulatorios puede generar la imposición de multas a las organizaciones afectadas.
KPMG considera que existen tres elementos para la gestión de riesgos, principalmente enfocados en la prevención y detección bajo una cultura ética. Sobre el programa de prevención, este debe incorporar iniciativas de evaluación por fraude, corrupción, evasión fiscal, lavado de dinero, y otras incidencias importantes.
Aunado a la participación de las partes legales, la prevención requiere considerar los cambios del mercado y las nuevas tecnologías. Por ello, resulta indispensable agregar analítica de datos y evaluaciones digitales para los mecanismos de detección empleados entre el personal y terceros.
Desde la alta dirección, hasta los empleados, la cultura ética es el pilar de los mecanismos de prevención y detección. "Cualquier organización puede ser susceptible, por lo que tener la capacidad de abordar los riesgos al momento de la materialización de un crimen financiero es de suma importancia", indicó Gutiérrez.