Foto: Mart Productions en Pexels
Durante el desarrollo de la pandemia por Covid-19, el sector salud experimentó uno de los mayores saltos tecnológicos de la historia reciente. En este sentido, con información de la consultora de Reino Unido, Interactive Investors, se encuentra que las empresas del sector salud fueron la mejor inversión en los mercados financieros del mundo durante 2020, con un rendimiento promedio de 12.8%.
Según informe de Zendesk al que Notipress tuvo acceso, este desarrollo comenzó a ganar intensidad desde 2014, cuando aparecieron las healthtechs. Estas, son empresas de tecnología centradas en aportar innovaciones a la atención médica y a todas las redes relacionadas. Después de esto, la pandemia ayudo a consolidar este sector como uno de los más redituables.
La industria médica tiene algunas décadas integrando el esfuerzo conjunto de la educación de investigación, equipos médicos y la colaboración de empresas privadas con subvenciones públicas y universidades que extiendan la investigación. Por otro lado, hay otras colaboraciones que tomarán relevancia en los siguientes años para el sector. Como la colaboración y división de cadenas productivas entre instituciones extranjeras y el libre flujo de información y conocimiento entre colaboradores y comunicación con los pacientes.
Con cifras del informe de Zendesk, durante 2020, las empresas de salud experimentaron un aumento del 21% en la interacción con sus pacientes. Como ejemplo tenemos el caso de Saludsa, compañía de Ecuador enfocada en servicios de protección a la salud y medicina. Esta empresa tuvo un incremento de 400% en consultas por telemedicina y generó aproximadamente 34 mil solicitudes de atención.
Este ejemplo, ilustra lo fundamental que se ha vuelto la agilidad en el servicio al cliente para las empresas de salud. Pues el 52% de estas trata de mejorar la agilidad del servicio combinando técnicas tradicionales con agentes de soporte con inteligencia artificial (IA). Cabe señalar, las tecnologías ya estaban disponibles desde antes del despliegue de la pandemia pero posterior a los efectos destructivos de Covid-19, se pudo apreciar su enorme valor social.
De esta manera, pese a los estragos de la pandemia que detonó avances en el sector salud, todavía falta invertir en un sistema médico con mayor agilidad e integración. En el caso mexicano, la investigación biomédica básica, no puede tener los mismos objetivos de empresas con el tamaño de Pfizer o AstraZeneca y más bien requiere el desarrollo de tecnologías y otras capacidades que pongan al paciente por encima de todo.
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