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De acuerdo con un estudio realizado por BloombergNEF (BNEF), proveedor de investigación y análisis de datos sobre energía limpia y materias primas, con acceso al equipo de NotiPress, la energía fotovoltaica (PV), también denominada solar, y la energía eólica, se han consolidado como la nueva fuente de tecnología de generación de energía, con casi la mitad del total generado en el mundo, y un récord de 118 gigawatts (GW) generados entre un tercio de las naciones.
A partir del informe de Power Transition Trends 2020 (Tendencias de Transición Energétia), el BNEF analizó los avances de la energía fotovoltaica, cambios en la industria, e implementación en la sociedad, al haber incrementado la capacidad total instalada de 43.7GW a 651GW entre 2010 y 2019.
Gracias a las caídas en los costos de equipos solares, como módulos, transformadores y ensamblaje general de plantas, esta tecnología alcanzó un margen de rentabilidad que la coloca sobre la energía eólica, cuya capacidad y producción ronda los 644GW.
Asimismo, el panorama de accesibilidad de la energía eólica y fotovoltaica cambió de manera radical durante la última década, ya que anteriormente se concentraba en las naciones con más riquezas e infraestructura destinada a la producción y desarrollo de energías limpias. Según BNEF, entre diversos países que no forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como México, Colombia, y Chile, estas energías han conformado la mayor parte de la construcción anual de energía desde 2016.
Por su parte, el Informe de Mercado UP (UMR, por sus siglas en inglés), que evalúa el crecimiento del mercado de energía fotovoltaica entre 2019 y 2025, reportó un fuerte panorama competitivo entre las industrias del mercado de baterías, energía eólica, y fotovoltaica, que apunta a importantes transformaciones en materia energética.
Este panorama de competencia, sumado a las contribuciones de la energía fotovoltaica frente a los combustibles fósiles y el carbón, cuya capacidad se ha visto afectada debido a bajas de operatividad en las plantas de energía, volatilidad en los precios del crudo, y la contingencia sanitaria por Covid-19, ha propiciado una caída de 1.5% en las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial.
BNEF estima, en tanto las energías fotovoltaicas y eólicas conformaron el 67% de la capacidad total de energía eléctrica agregada a nivel mundial durante 2019, y la reciente disminución de 25% en el uso de combustibles fósiles, ya se encuentran las bases de una favorable transición al uso de energías limpias y renovables para responder a los problemas generados por las crisis ambientales, contaminación, y calentamiento global, así como una respuesta sustentable para los países donde esta tecnologías comienzan a implementarse.
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