Ciudad de México,
Álvaro Sánchez
Crédito foto: Christina Morillo from Pexels
La pandemia de coronavirus marcó un antes y un después en temas de ciberseguridad en el ámbito empresarial. Antes de la emergencia sanitaria gran parte de las empresas no contemplaban este rubro en sus gastos, pero esto cambió durante la cuarentena cuando se implementó el home office y comenzaron a incrementar los ataques cibernéticos; desde entonces su percepción sobre la ciberseguridad ha cambiado. Ahora un estudio hecho por InternationaI Data Group (IDG) muestra que el 41% de las compañías aumentará su inversión en ciberseguridad y 36% la mantendrá en la realidad post pandemia.
Un sondeo realizado en 2019 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de los Estados Americanos (OEA) mostraba que el 40% de las compañías aseguraban serían algún día víctimas de ciberataques, 52% no estarían preparadas para tal situación y 56% no contaba con personal capacitado para controlarlas.
Pese a esto y sabiendo la relevancia de la información de sus inventarios, no hicieron cambio alguno en su sistema de ciberseguridad. Con la crisis sanitaria y el aislamiento obligatorio cambiaron de postura: en marzo, al inicio de la cuarentena, aumentaron en más del 148% los ciberataques a nivel mundial, según cifras del sistema de ciberseguridad de IBM.
Esta situación afectó especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes); datos de IDG aseguran 40% de éstas tuvo un impacto mínimo, 25% tuvo consecuencias significativas y 8% situaciones críticas. Todas ellas fueron atacadas por diferentes medios: dispositivos móviles, redes sociales y hasta en sus mismas plataformas.
A causa de todo esto, los expertos en ciberseguridad siguen dando recomendaciones para evitar ser blanco de estos ataques. Una de ellos es la maestra María López Barrientos, académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, aseguró, después de la pandemia los ciberataques podrían ser hasta 40 veces más peligrosos y agresivos para robar datos sensibles de las empresas.
López Barrientos señaló, en lo concerniente a las contraseñas, elegirlas diferentes para el trabajo, así como no guardarlas en computadoras ni celulares con nombres que delaten su contenido, cambiarlas cada seis meses y al hacerlo no usar palabras típicas en ellas, en otro idioma, ni suplantar letras por números, porque es una práctica muy común, existen diccionarios y programas en Internet que pueden descifrarlas fácilmente. También indicó ignorar correos de dudosa precedencia, hacer caso omiso a promociones como descuentos en artículos, ofertas de viajes, premios o rifas y de ser posible usar dispositivos exclusivamente para trabajar.
Todos los ataques sucedidos en los últimos meses marcaron un antes y un después en temas de ciberseguridad en el ámbito empresarial, en especial para las pymes porque ahora ven este rubro ya no como un gasto sino como una inversión porque garantiza su operabilidad. Después de la pandemia los expertos esperan la contratación de estos servicios será en tendencia porque sin importar el tamaño de las empresas los hackers ven en ellas buenas ganancias por ser un sector predominante en la economía latinoamericana.