Ciudad de México,
Fernanda Martínez
Crédito foto: Alan Cortés (Composición/NotiPress)
Para 2025, aproximadamente 22 mil millones de dispositivos conectados enviarán datos a través de Internet, según el informe IoT Analytics Research. Además, miles de millones de apps enviarán billones de mensajes, lo cual representan tanto oportunidades como desafíos para las empresas en términos de distribuir y proteger datos.
En los últimos años, el término Internet de las Cosas (IoT) se popularizó notablemente en los medios de comunicación, comentó Akamai a NotiPress. Esta abreviatura se refiere a la red de objetos físicos que incorporan sensores, software y otro tipo de tecnologías que permiten a estos dispositivos y sistemas conectarse e intercambiar datos a través de internet.
Al usar el IoT, la seguridad se vuelve un facto fundamental, pues los ciberdelincuentes han encontrado maneras de vulnerar la privacidad y seguridad de las redes de IoT por medio de ciberataques. Los ataques al IoT pueden afectar los sistemas y poner en riesgo la privacidad de datos debido al frágil cifrado.
Prácticamente, todas las industrias están incorporando terminales en forma de dispositivos y aplicaciones conectadas a sus estrategias comerciales. Sin embargo, construir y gestionar la infraestructura necesaria para proteger estas experiencias puede requerir mucho tiempo, dinero y recursos para la organización.
Las redes celulares, la IoT evolucionaron desde comunicaciones punto a punto hasta ecosistemas complejos compuestos por múltiples dispositivos y servicios. Hugo Werner, vicepresidente regional de Akamai para Latinoamérica, comentó que las empresas implementan IoT para mejorar la agilidad y la eficiencia, pero la seguridad de IoT no ha seguido el ritmo de la innovación.
Asimismo, suelen estar muy limitados, es decir, no garantizan la seguridad de los clientes. Lo anterior significa que los dispositivos pueden ser blanco de ataques que interrumpen los procesos comerciales.
Werner explicó que un problema de la seguridad en el IoT está en la latencia, pues una latencia mínima es crucial para detectar y bloquear conexiones peligrosas. El uso de nubes distribuidas en redes de IoT pueden beneficiarse de la baja latencia que ofrecen al acercar las tareas de procesamiento a los usuarios finales.
Cuando se usa la nube distribuida, los desarrolladores habilitan interacciones de baja latencia con millones de puntos finales y procesar datos en tiempo real. Los clientes que usan el servicio pueden reducir la creación de redes, computación y bases de datos, así como reducir las violaciones de seguridad.
Usar cloud computing puede ayudar a las empresas a procesar grandes cantidades de datos en tiempo real, reduciendo la latencia y aumentando su capacidad de prevención y respuesta ante ataques, comentó Werner.