Freepik (foto sin cambios)
La imaginación de varios emprendedores y ecologistas se ha orientado a encontrar la forma de cómo vivir la vida que todos estamos acostumbrados a vivir, pero de una manera más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Este es un desafío difícil, no solo porque tomar iniciativas más ecológicas puede muchas veces chocar con el desarrollo industrial o con los estilos de vida de cada individuo, sino también porque muchas fuentes de energía renovable pueden ser también contraproducentes para la finalidad con la que se crearon.
Uno de estos casos lo tiene presente Gia Schneider, cofundadora de Natel Energy, quien tuvo que hacer malabares para cambiar la tecnología hidroeléctrica para no lastimar a los peces de agua dulce. La energía hidroeléctrica es la principal fuente de electricidad renovable, con su gran capacidad las represas pueden aumentar, almacenar o disminuir la producción de energía eléctrica acorde a la demanda.
De hecho, el papel de la energía hidroeléctrica es muy importante para la reducción de emisiones. Esto pudo verse durante 2023, cuando la reducción del caudal de agua de las represas, producto de la sequía que azotó el oeste de Estados Unidos, produjo un aumento de las emisiones de carbono.
No obstante, la energía hidroeléctrica puede tener su lado negativo en el medio ambiente. La construcción de represas y la desviación de los flujos naturales de agua han provocado una significativa disminución de la población de los peces migratorios de agua dulce. Se estima que su reducción es del 80% en comparación a 1970.
En este sentido, Natel está buscando la manera de convertir este tipo de energía en un recurso más amigable con los peces mediante la fabricación de turbinas con una curvatura diferente y con aspas más achatadas permitiéndole al pez pasar por las plantas de energía de manera segura. Natel opina que las empresas deben preguntarse: "¿Vamos a sustituir la flota por la que hemos utilizado en el pasado, que sabemos que tiene un impacto negativo en el medio ambiente? ¿O podemos encontrar formas de actualizar y modernizar la flota para que podamos obtener otras cuatro o cinco décadas de buen funcionamiento, pero hacerlo de una manera que mejore materialmente el rendimiento medioambiental?".
Al igual que este caso, existen otros proveedores de energía renovable, los cuales deben lidiar con su propio impacto ambiental. Por ejemplo, la extracción de litio, un recurso esencial para la fabricación de paneles solares o autos eléctricos. Sin embargo, su explotación puede implicar grandes desafíos para la comunidad presente en el lugar, como las consecuencias que puede implicar para el lugar desde donde se va a sustraer.
Otro ejemplo proviene de la instalación de paneles solares que, a pesar de garantizar la producción constante de energía renovable, a veces han encontrado resistencia por su efecto en la vida silvestre local en pastizales y desiertos.
En definitiva, la lucha contra el cambio climático a veces puede tropezar con el incumplimiento de su propio criterio al momento de buscar su objetivo. Por lo tanto, el próximo desafío para las empresas que se unan a la economía verde es poder articular la necesidad de conservar el ecosistema local con la necesidad de reducir las emisiones.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS