Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En regiones consideradas tectónicamente estables, como Utah (Estados Unidos), Soultz-sous-Forêts (Francia) o Groningen (Países Bajos), continúan registrándose terremotos pese a décadas de aparente inactividad geológica. Investigadores de geociencias de la Universidad de Utrecht identificaron que estos sismos pueden deberse a la acumulación prolongada de tensión en fallas superficiales inactivas, lo que contradice los supuestos tradicionales de la geología.
Según la investigación publicada recientemente en Nature Communications, estas fallas, que no se han movido durante millones de años, desarrollan una resistencia adicional por un proceso conocido como "curación de fallas". Esta acumulación de resistencia puede liberar una única y repentina aceleración al reactivarse, lo que desencadena un terremoto. "Las fallas se pueden encontrar prácticamente en todas partes. Las fallas en el subsuelo superficial suelen ser estables, por lo que no prevemos que se produzcan movimientos de choque a lo largo de ellas", afirmó la Dra. Ylona van Dinther, supervisora del estudio.
Estos eventos suelen ocurrir a pocos kilómetros de profundidad, coincidiendo con zonas donde se desarrollan actividades humanas como la producción geotérmica o el almacenamiento de energía. La investigación señala que, debido a la falta de antecedentes sísmicos en estas regiones, las infraestructuras locales no están diseñadas para soportar temblores, lo cual aumenta el riesgo para sus habitantes.
Pese al riesgo inicial, el estudio ofrece una perspectiva más optimista a largo plazo. La liberación de energía en estas fallas ocurre una sola vez, lo que reduce las probabilidades de nuevos eventos sísmicos en la misma ubicación. "Como resultado, deja de haber actividad sísmica en ese punto", explicó Van Dinther, quien añadió que la magnitud máxima esperada también tiende a disminuir tras esta liberación.
Los hallazgos también brindan nuevas herramientas para anticipar riesgos relacionados con el uso del subsuelo. Comprender mejor cómo se comportan las fallas, si se aceleran o ralentizan, y cómo influye su curación, permitirá desarrollar modelos de riesgo sísmico más precisos. En esta línea, la Universidad de Utrecht ya trabaja en nuevos sistemas de cálculo para mejorar la predicción sísmica y comunicación de estos eventos.