Fases de un ataque de ransomware y estrategias para prevenirlo en empresas

 21-11-2024
Martín Olivera
   
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Las empresas enfrentan un panorama alarmante ante el crecimiento exponencial de ataques de ransomware, que generan impactos financieros y operativos sin precedentes. Según estimaciones, el costo global del cibercrimen alcanzará los $12 billones para 2025, impulsado por el perfeccionamiento de técnicas cibernéticas que las defensas tradicionales no logran contener eficazmente. Este contexto obliga a las organizaciones a replantear su enfoque hacia estrategias de ciberseguridad más avanzadas y resilientes.

Un reciente informe señala que el 89% de las empresas afectadas por ransomware enfrentan consecuencias económicas más allá del pago del rescate, lo que incluye pérdida de clientes, daño reputacional y costos de recuperación. Además, una de cada tres organizaciones no logra recuperarse completamente tras un ataque, incluso si cumple con las demandas de los ciberdelincuentes. Esta realidad subraya la urgencia de adoptar soluciones más efectivas para prevenir y mitigar estas amenazas.

Las seis fases de un ataque de ransomware

Los ciberdelincuentes ejecutan sus ataques siguiendo un esquema meticuloso que se desarrolla en seis etapas principales:

  1. Identificación de objetivos y recopilación de inteligencia: El ataque comienza con la selección de posibles víctimas. Los ciberdelincuentes buscan empresas que combinen datos valiosos con vulnerabilidades detectables. Utilizan información pública, datos de brechas y análisis meticuloso para detectar puntos débiles en los sistemas de seguridad.
  2. Entrada: A través de técnicas como el phishing, descargas maliciosas o ingeniería social, los atacantes logran acceso inicial a la red. Esta etapa sienta las bases para un movimiento más profundo dentro de los sistemas corporativos.
  3. Expansión y fortificación: Una vez dentro de la red, los ciberdelincuentes exploran sistemas y obtienen credenciales que les permitan aumentar sus privilegios. Esto les otorga mayor control sobre la infraestructura tecnológica antes de desplegar el ransomware.
  4. Encriptación de datos: Los archivos críticos son encriptados utilizando técnicas avanzadas, bloqueando a los usuarios legítimos y paralizando las operaciones del negocio. Esto asegura que las víctimas no puedan acceder a sus datos esenciales sin la intervención de los atacantes.
  5. Demanda de rescate: Tras encriptar los sistemas, los atacantes revelan su presencia y exigen un rescate. Estas demandas, generalmente solicitadas en criptomonedas, son comunicadas a través de canales seguros para evitar ser rastreados.
  6. Restauración y medidas defensivas: La organización afectada decide si pagar el rescate o intentar restaurar los sistemas mediante respaldos. Este paso incluye una revisión exhaustiva de la seguridad para implementar mejoras que mitiguen futuros ataques.

Si bien ninguna tecnología es completamente inmune al ransomware, las empresas pueden mejorar significativamente su capacidad de recuperación adoptando estrategias de prevención avanzadas. Soluciones como la arquitectura Zero Trust y los sistemas de almacenamiento inmutable, como Ootbi de Object First, garantizan que los respaldos permanezcan intactos frente a manipulaciones externas. Estas herramientas ofrecen una respuesta rápida y efectiva ante incidentes graves.

Además, la capacitación del personal es crucial. Los errores humanos, como caer en campañas de phishing, continúan siendo una de las principales puertas de entrada para los atacantes. Complementar esto con sistemas actualizados y revisiones constantes de la infraestructura tecnológica ayuda a reducir vulnerabilidades y fortalece la resiliencia empresarial frente a amenazas futuras.




DESCARGA LA NOTA  SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS