Foto: Pedro Basilio (NotiPress)
La Ley de Derecho a Reparar del estado de California, entrará en vigor a partir de 2024. Esto, supuestamente, obligaría a fabricantes tecnológicos como Apple, Microsoft, Amazon y Tesla, ha respetar los estatutos de dicha ley. Su objetivo es alargar la vida útil de los dispositivos electrónicos y reducir la contaminación generada por dichos desechos. Si bien, el que diversas empresas apoyen esta iniciativa se ha considerado como histórico, el derecho a la reparación y su acceso a precios accesibles y asequibles, apenas comienza.
Cerca de 30 entidades en Estados Unidos promulgaron leyes afines al derecho a reparar, sin embargo, los propios legisladores consideran, el proyecto más severo y enérgico es el de California, donde tienen sede diversas compañías tecnológicas. Este exige a los fabricantes de dispositivos electrónicos poner a disposición pública información y herramientas para la reparación de sus productos durante un período determinado. El periodo varía dependiendo del precio de los dispositivos, para aquellos con precio de 50 a 99 dólares es de 3 años y para los superiores a 100 dólares es de siete años. Pese a este gran avance, medios especializados como The Verge, consideran, dichos estatutos tienen limitaciones graves.
Durante años, diversas tecnológicas, especialmente Apple, se opusieron a poner a disposición del público información y herramientas para la reparación. Sus argumentos iban desde potenciales riesgos de ciberseguridad que podrían divulgar secretos comerciales hasta la supuesta vulneración de propiedad intelectual que suponía ello. Asimismo, las posibilidades de lesión entre usuarios y el daño a la reputación de las empresas. Los activistas de derecho a la reparación apreciaban estas aseveraciones como intentos de no ceder y proteger sus ingresos. En este sentido, las compañías se benefician de obligar a sus usuarios a reparar sus dispositivos solo bajos sus propios términos.
El apoyo de las tecnológicas hacia las leyes de derecho a la reparación se aprecia como un intento de estas de establecer sus propios términos y tener su lugar en el desarrollo de nuevas regulaciones. Esto les permitiría asegurar, al menos de forma teórica, cumplir con los estatutos de reparación sin afectar sus finanzas.
Apple apoyó abiertamente la Ley de Derecho a Reparar de California, luego de que por años se opusiera a proyectos de regulación similares. Inclusive, lanzó un programa de autorreparación, argumentando que tenía impacto positivo en el ambiente.
Sin embargo, estas regulaciones implican ciertos obstáculos que las reglas centradas en propiciar el derecho a la reparación no pueden sortear. Por ejemplo, la ley establece, las compañías deben propiciar la reparación asequible en dispositivos fabricados desde 2023, por lo cual los dispositivos de años anteriores no cuentan con garantías para poder ser reparados. Además, el proyecto excluye diversas categorías de dispositivos sobre los cuales las empresas deben dar información. Entre ellos, consolas de juego, dispositivos médicos, computadoras comerciales y bicicletas eléctricas.
Con ello, The Verge argumenta el objetivo no es eliminar las barreras a la reparación independiente, sino nivelar el campo de juego entre fabricantes, socios de componentes autorizados y otros actores involucrados. Una de las barreras que no es abordada por la ley es la deficiencia y falta de actualizaciones en software. Por ejemplo, aunque Apple asegura profesar el derecho a la libre reparación, el iPhone 15 es uno de los dispositivos con más bloqueos de software. Los bloqueos impiden reparar estos dispositivos con piezas genéricas. Al respecto, la iniciativa establece que distribuidores y reparadores independientes podrán realizar el servicio siempre y cuando esta sea autorizada por el fabricante. Además, quien realice las reparaciones deberá revelar el origen de los repuestos.
De este modo, los activistas de derecho a la reparación consideran, las iniciativas en auge son un paso importante para garantizar la libertad de los usuarios a la reparación, pero aún hay un largo camino por recorrer. Uno en donde las tecnológicas harán todo lo posible por establecer sus propias reglas al respecto y mantener su beneficio económico mientras supuestamente respetan el libre derecho a la reparación.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS
