Foto: Pexels
Durante la pandemia de Covid-19, las redes sociales resultaron un canal donde las noticias falsas se diseminan ampliamente. Según cifras del portal de estadística Statista, casi el 80% de consumidores estadounidenses informaron haber visto noticias falsas relacionadas con la Covid-19. Sobre los mecanismos con los que la desinformación se transmite en redes sociales aún queda mucho por develar. Sin embargo, una investigación reciente encontró cómo las redes de comunidades mayoritarias en Facebook, como las de padres, fueron expuestas a desinformación al principio de la pandemia.
El estudio publicado en la revista IEEE Access comenzó con una comunidad online de padres en Facebook, tras la cual se buscó una segunda fuertemente entrelazada con la original y así sucesivamente para entender mejor la interacción entre ellas. De esta forma, los investigadores encontraron que estas comunidades convencionales de padres estaban expuestas a información errónea de dos fuentes diferentes dentro de Facebook.
La primera de ellas fueron las comunidades de salud alternativa, enfocadas generalmente en mensajes positivos sobre un sistema inmunológico saludable. Éstas actuaron como un conducto clave entre las comunidades populares de padres y las comunidades de teoría de la conspiración pre-Covid. Esta última comunidad es responsable de promover desinformación sobre temas como el cambio climático, el flúor, las estelas químicas y la red 5G. Esto fortaleció el vínculo entre estas comunidades y permitió un libre flujo de desinformación, señala un comunicado de la Universidad George Washington.
En segundo lugar, se encontró adyacente a las principales comunidades de padres un núcleo de comunidades antivacunas estrechamente unidas, pero en gran parte fuera del radar. Éstas se encargaron de suministrar continuamente desinformación sobre la Covid-19 y vacunas a las comunidades de padres, según los investigadores. Puntualizaron también que tanto las comunidades de salud alternativa como las antivacunación no fueron grupos particularmente grandes para los estándares de Facebook. Por esto, dichos grupos podrían pasar desapercibidos bajo el radar de los moderadores de la plataforma.
De acuerdo a los investigadores, sus hallazgos invitan a cuestionar la efectividad de reglas de moderación enfocadas en vigilar a los grupos más grandes en lugar de los pequeños grupos mejor integrados. Respecto a los carteles que Facebook coloca para proporcionar información de salud oficial, los autores del estudio afirman, no funcionan por apuntar a un núcleo interno limitado de comunidades extremas. En cambio, la mayoría de las comunidades de padres y otras comunidades de teorías de la conspiración viven fuera de este núcleo. Aunque este estudio se concentra en Facebook, los investigadores predicen un comportamiento similar para todas las redes sociales con características de comunidad integradas.
A raíz de la publicación de los Facebook Papers se dio a conocer que Meta, la empresa propietaria de la red social, reconoce la dificultad de detectar comentarios antivacunas. La información revelada entonces apunta a la inefectividad de los mecanismos de combate de desinformación en la sección de comentarios y en el caso de comentarios en idiomas distintos al inglés. Los Facebook Papers también confirman que la gran mayoría de la desinformación sobre la Covid-19 proviene de unas cuantas cuentas, sugiriendo una falta de acción sobre este origen.
Como herramienta para combatir la desinformación, expertos apuntan a la utilidad del fact-checking o verificación de datos. Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio confirmó su capacidad de combatir las creencias falsas en personas de diversos países. En cuanto a evidencia anterior que desestima la utilidad del fact-checking, el estudio explica la ocurrencia de un fenómeno de "muestras extrañas" en Estados Unidos y países similares, donde la ideología política juega un papel importante en las creencias y se comportan de forma distinta a otros países del mundo.
Hacer frente a la desinformación en redes sociales es uno de los principales retos de la pandemia actual y lo será de cualquier otra emergencia de salud futura. Por esto, es importante continuar analizando cómo se diseminan las noticias falsas y cuáles son los mejores métodos para combatirlas. Así, es necesario que empresas y organismos regulatorios tomen nota de cómo comunidades de padres en Facebook se vieron expuestas a desinformación sobre la Covid-19 para ajustar sus mecanismos de moderación.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS