Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
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El fabricante israelí de software espía NSO Group, conocido por desarrollar la herramienta de vigilancia Pegasus, fue adquirido por un grupo de inversión estadounidense liderado por el productor de Hollywood Robert Simonds, según confirmaron fuentes de la empresa a TechCrunch. El movimiento ocurre tras años de restricciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, lo que plantea nuevas interrogantes sobre el interés estratégico en esta tecnología.
Un portavoz de NSO, Oded Hershowitz, declaró que "un grupo de inversión estadounidense ha invertido decenas de millones de dólares en la empresa y ha adquirido la propiedad mayoritaria". Si bien se negó a revelar los nombres de los inversionistas o el monto exacto de la operación, sí aseguró que "la sede y las operaciones principales de la empresa permanecen en Israel", bajo la supervisión del Ministerio de Defensa y la regulación local.
La operación ocurre pese a que NSO Group fue incluida en la Lista de Entidades del Departamento de Comercio de EE. UU. en 2021, lo que prohíbe a las empresas estadounidenses comerciar con ella. La sanción se basó en evidencia de que su software espía fue utilizado para atacar a funcionarios del gobierno estadounidense en el extranjero, así como a periodistas, activistas y defensores de derechos humanos en diversos países.
Para el investigador principal del Citizen Lab, John Scott-Railton, la adquisición representa una preocupación mayor: "NSO es una empresa con un largo historial de ir en contra de los intereses estadounidenses y apoyar el hackeo de funcionarios estadounidenses". En declaraciones a TechCrunch, advirtió que el verdadero riesgo radica en el acceso indirecto que esta nueva estructura de propiedad podría generar. "Esta tecnología dictatorial no tiene cabida en ningún lugar cercano a los estadounidenses, ni a nuestros derechos y libertades constitucionalmente protegidos", afirmó.
NSO ha intentado anteriormente ingresar al mercado estadounidense. Documentos revelan que la compañía buscó vender su software basado en espionaje a fuerzas policiales locales y agencias de seguridad. Aunque la empresa afirma que su sistema no está diseñado para atacar números de teléfono estadounidenses, las investigaciones han documentado múltiples excepciones.
La compra también marca la salida del cofundador Omri Lavie, quien no comentó tras la publicación del acuerdo. Tampoco respondió STX Entertainment, la firma de Simonds. En 2023, The Guardian ya había reportado el interés de Simonds en adquirir NSO, aunque entonces el acuerdo no se concretó.
La falta de transparencia sobre los nuevos propietarios y su relación con entidades públicas o privadas en Estados Unidos genera incertidumbre. A pesar de la regulación israelí vigente, la titularidad estadounidense podría facilitar caminos legales o comerciales para que NSO opere desde dentro del país.