Ciudad de México,
A Amigon
Crédito foto: Pedro Basilio (NotiPress)
Los avances tecnológicos se dan a pasos agigantados y los gobiernos del mundo buscan implementar las nuevas tecnologías en diversos aspectos de la vida diaria, aunque a veces no siempre en beneficio del pueblo. China se ha postulado como uno de los primeros países en ocupar la tecnología de reconocimiento facial en gran variedad de aplicaciones, he aquí algunos de sus usos.
Una de las más recientes aplicaciones son las viviendas con un sistema de acceso por reconocimiento facial. Este sistema se implementó en 13 comunidades de Beijing para proteger la privacidad y seguridad de los residentes. En la instalación se necesitó recopilar las imágenes de los residentes y los familiares o amigos que tenían autorización de entrada, así como personal local de entrega de paquetes y comida.
Hasta el momento hay más de 133,000 registros en estos sistemas y se espera que en octubre de 2019 haya otras 46 comunidades más. Estos mismos sistemas de seguridad también se han implementado en edificios gubernamentales o del sector privado para tener un mayor control de quién entra o sale de las instalaciones.
Otro uso que tiene más de 300 locaciones desde el 2018 es 'Smile-to-pay' dónde sólo debe tomarse una foto del rostro para identificar al usuario y cobrarle por medio de la base de datos en Alipay, sistema de pagos de Alibaba. Esto permite al comprador pagar sin necesidad de traer efectivo y puede reconocer al usuario a pesar de cambiarse el peinado o llevar maquillaje.
Aunque estos usos son maravillosos y nos acercan cada vez más a las ciudades descritas por la ciencia ficción, el país asiático es mayormente conocido por utilizar esta tecnología en cuestiones de seguridad y vigilancia. Ya hay muchos casos documentados donde los sistemas de reconocimiento facial aunados a las más de 170 millones de cámaras de vigilancia dispersas de todo el país, ayudaron a encontrar criminales y asaltantes presentes en eventos públicos, así como llevar multas a las personas correspondientes o incluso exponer a los peatones que cruzan un paso peatonal en rojo.
De los programas piloto en reconocimiento facial para escuelas está el monitoreo en tiempo real del alumnado, principalmente de secundaria. El sistema, a través de una cámara al frente del aula, monitorea el estado de ánimo de los estudiantes y detecta si están prestando atención en clase. Así se califica el grado de concentración por aula y estudiante, puntuación que puede ser consultada por alumnos, profesores y, en algunos casos, hasta padres de familia.
Entre los casos más polémicos de vigilancia se encuentra la ciudad de Xinjiang con las detenciones a personas musulmanas o pertenecientes a la etnia uigur. Los centros de detención tienen ya a miles de personas que fueron encontradas por medio de las nuevas tecnologías.
A pesar de la innovación, activistas como Human Rights Watch y académicos como Lokman Tsui de la Universidad de Hong Kong temen que se esté violando los derechos de los ciudadanos chinos y las nuevas tecnologías sólo sean un instrumento de opresión más que para el beneficio del pueblo.
Probablemente en los siguientes meses haya nuevas aplicaciones del sistema de reconocimiento facial que sorprenderán al mundo, pero aún falta por discutir las cuestiones éticas que traen estas nuevas tecnologías en casos como Xinjiang o la privacidad de los ciudadanos chinos.