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A raíz de varias teorías conspiracionales alrededor del mundo, la red 5G se ha convertido en una herramienta tecnológica controversial. Ahora las víctimas de esta teoría -hasta el momento carece de fundamentos- son ingenieros y trabajadores en telecomunicaciones de Reino Unido encargados en instalar antenas 5G; han sido acosados y amedrentados por la población ya que erróneamente se piensa que cada antena puesta en el país es la causante de propagar el coronavirus.
Recientemente, los teóricos de la conspiración habían vinculado los contagios de la Covid-19 por medio de las nuevas antenas 5G instaladas en país británico, algunos afirmaron que la red celular debilitó el sistema inmune y permitió la intensa propagación del virus. Este tipo de teorías conspiracionales solo le dan a la población a quien culpar.
La información proviene de la desconfianza irracional de las personas y culpan a las corporaciones e instituciones de ser las responsables de los problemas a nivel mundial. Las agresiones hacia los trabajadores en telecomunicaciones van desde insultos verbales, amenazas de muerte y en algunos casos han llegado a las agresiones físicas.
Mobile UK hizo publicó un informe sobre el número de ataques recibidos a su personal y desde el 30 de marzo hasta la última semana de mayo de 2020 hubo más de 200 agresiones físicas y verbales en contra de sus ingenieros en telecomunicaciones y un aumento en el vandalismo en contra de la infraestructura móvil.
Asimismo, circula en redes sociales un video donde un técnico aseguró estar instalando en las antenas 5G un dispositivo marcado con la leyenda "COV-1"9 y se cuestiona el por qué se están instalando ese tipo de sistemas, mientras señala una torre de telecomunicaciones. Horas más tarde, el video fue desmentido por parte de las autoridades británicas al asegurar que ese sistema corresponde a un codificador de televisión por cable usado por la compañía Virgin Media en Reino Unido.
Por ahora no existe evidencia alguna para creer que la red 5G es una herramienta fundamental para provocar el coronavirus o esté preparando otro tipo de enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó a la tecnología inalámbrica de tener un grado cancerígeno del nivel 2B, una clasificación muy común que está presente en sustancias como el café. A pesar de esa situación, la OMS han hecho estudios donde se encuentran instaladas las antenas y no han encontrado ningún tipo de radiofrecuencia capaz de aumentar el riesgo de cáncer en la humanidad o cualquier otro tipo de enfermedad.
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