Foto: Pedro Basilio (NotiPress)
En México, tan sólo de enero a julio de 2019, se reportaron alrededor de 1900 casos de acosos y amenazas, según informó la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) el 15 de julio de 2019. Usuarios malintencionados aprovechan plataformas como Facebook, WhatsApp o Twitter con fines delictivos o dañinos para terceros. Un repaso de cómo evolucionaron los fraudes realizados a través de las redes sociales indica la técnica de phishing (engaño mediante correo electrónico), el robo de identidad o el ciberbulling se encuentran en el top.
"Los fraudes en redes sociales se refieren a actividades que resultan en acoso, pérdida de dinero, pérdida de reputación de una persona o entidad, pérdida de confianza en el sistema o un individuo, etcétera", explican Manoj Apte y Girish Keshav Palshikar de Tata Consultancy Services Limited (India) y Sriram Baskaran de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos).
Keshav, Apte y Baskaran proponen la siguiente clasificación de los fraudes llevados a cabo mediante redes sociales: rumores, robo de identidad, ciberestafa o mensajes fraudulentos, robo de marca, robo de etiquetas, cuentas falsas, reseñas falsas y ciberacoso. No obstante plataformas de la importancia de YouTube, Instagram y otras gigantes tecnológicas han comenzado a implementar soluciones basadas en inteligencia artificial para contribuir a contrarrestar este tipo de mal uso dado a las comunidades digitales, las cifras relacionadas con determinados fraudes aún son alarmantes.
Algunas cifras que ayudan a comprender mejor el panorama de la evolución de los fraudes realizados a través de redes sociales son:
- En 2010, 43% de todos los usuarios fueron blanco de ataques de ciberestafa o mensajes fraudulentos (phishing); en 2012, alrededor de 20% de todos los ataques de phishing se dirigieron a Facebook; durante el primer trimestre de 2019, la proporción de usuarios atacados ascendió al 12.11% del número total de usuarios de productos Kaspersky Lab en el mundo y fue Brasil el país con la mayor proporción de usuarios afectados (21.66%).
- 9.3 millones de adultos en Estados Unidos habían sido víctimas de alguna forma de robo de identidad en 2004; de 2003 a 2006, se estiman pérdidas de aproximadamente 52.6 mil millones de dólares anuales; en 2013, las víctimas fueron cerca de 13 millones y las pérdidas económicas ascendieron a 18 mil millones de dólares; investigadores adscritos a la Universidad de Texas recopilaron en 2014 alrededor de 3500 noticias que informaban del delito (en un período de apenas 45 días); en 2019 se registró el robo de 617 millones de cuentas y 23 millones de contraseñas extraídas ilegalmente de 16 sitios.
- Los resultados de una encuesta realizada en 2014 por investigadores del Instituto Central de Salud Mental (Mannheim, Alemania) mostraron una prevalencia de 6.3% de acoso cibernético (399 víctimas), 80.5% eran mujeres, 54% de ellas eran solteras y la edad promedio de las víctimas era de 24.6 años; además, las víctimas de ciberacoso tenían una puntuación más baja en términos del Índice de Bienestar de la Organización Mundial de la Salud; datos sobre México de 2017 señalan que 16.8% de los usuarios de entre 12 y 59 años de edad han sido víctimas de alguna clase de ciberbullying.
- Estimaciones de 2013 publicadas por Facebook situaban la cifra de cuentas falsas entre 87 millones y 137 millones; 26% de las solicitudes de amistad enviadas por sybils son aceptadas, en tanto 79% de las solicitudes de usuarios genuinos son aceptadas; la empresa fundada y dirigida por Mark Zuckerberg eliminó 2190 millones de cuentas falsas en el primer trimestre de 2019.
"Debido a la estructura compleja y el flujo de información en las redes sociales, amén del relativo anonimato, la detección, el control y la prevención de fraudes en estas plataformas digitales son difíciles, lentos, propensos a errores y exigen un nivel inusualmente alto de fineza técnica por parte de los investigadores", advierten Keshav, Apte y Baskaran. Y concluyen: "La intersección del comercio electrónico, los sistemas de pago electrónico y la naturaleza altamente evolutiva de las redes sociales son una mezcla potente y un terreno de caza fértil para los delincuentes de cuello blanco. En los años venideros, ciertamente veremos nuevos tipos de fraudes y métodos más novedosos. Existe la necesidad de desarrollar constantemente métodos inteligentes para detección, prevención y control de tales fraudes".
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