Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
El Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas de México. Celebrado el 1 y 2 de noviembre en todo el país se trata de una festividad compartida en la cual cada región la adapta según sus costumbres y creencias, reflejando la diversidad cultural de México. En Tlaxcala, por ejemplo, la devoción se manifiesta a través de los tapetes de aserrín, flores y otros materiales decorativos en plazas y calles, creando un colorido homenaje a los fallecidos.
Otros estados como en Veracruz, la celebración es conocida como Xantolo, y se caracteriza por las danzas de comparsas que se realizan en las comunidades. Según la tradición, el alma de los difuntos regresa al mundo de los vivos y se une a estas festividades, destacando la conexión entre lo místico y lo terrenal.
En Yucatán, la celebración toma el nombre de Hanal Pixán, que significa "la comida de las ánimas". Esta ofrenda, típica de Mérida, se organiza en tres niveles representando "el cielo, la tierra y el inframundo", reflejando la cosmovisión maya. Este complejo altar simboliza "el viaje de las almas a través del universo" y destaca la conexión ancestral de los yucatecos con sus raíces.
Por otro lado, en Michoacán, las comunidades de Pátzcuaro, Janitzio y Tzintzuntzan se preparan para "la noche de las ánimas" con altares que muestran el arte purépecha en forma de alfarería, bordados y veladoras. Los altares están adornados con esmero para recibir a las almas de los seres queridos que, según la tradición, regresan durante esta noche especial.
Mientras que, en Ciudad de México, el pueblo de Mixquic, ubicado en la alcaldía Tláhuac, es un lugar destacado donde familias enteras se congregan en el panteón para encender velas, iluminando "el camino de vuelta para las almas queridas". Además, en las casas se hornea pan de muerto y se levantan altares de tres niveles, simbolizando la conexión entre la vida y la muerte.
Este abanico de tradiciones demuestra que el Día de Muertos en México es más que una celebración, las diferentes formas de "encontrarse con el más allá" reflejan la riqueza cultural del país y la manera en que su gente mantiene viva la memoria de los antepasados. Cada rincón de México aporta su propio matiz, haciendo de esta festividad una muestra vibrante de su patrimonio cultural.