Ciudad de México,
Ricardo Cocoletzi
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Muchos atletas han soñado con alcanzar la gloria de los Juegos Olímpicos, competidores de todo el mundo se miden en diversas disciplinas para saber quienes son los más rápidos, los más fuertes, los mejores. Tanto para entrenadores como para atletas, competir en un encuentro de esta talla significa el punto focal de una carrera atlética.
Con los ojos del mundo puestos en las Olimpiadas, la intensa cobertura de los medios y la atención pública, el estrés físico y psicológico para todos los involucrados se encuentra a tope. Previo a los Juegos Olímpicos, se llevan a cabo competiciones nacionales y campeonatos continentales, por ejemplo, el circuito de la Copa del Mundo y los X Games. Según expertos en psicología del deporte, los atletas de élite tienen que enfrentarse constantemente a los demonios de la ansiedad, el miedo al fracaso y la preocupación por las lesiones.
Para el atleta moderno, el entrenamiento mental constante es una clave del éxito, tanto como lo es una gran preparación física. A lo largo de la práctica y el entrenamiento, parte de su preparación es cómo lidiar con los nervios de los grandes eventos. Por ello, la mayoría de los deportes olímpicos tienen expertos en diferentes ramas, los cuales trabajan con los equipos deportivos de los diferentes países para ayudarlos a prepararse para el máximo rendimiento.
"Para nuestro equipo teníamos que encontrar el equilibrio adecuado entre entrenamiento y recuperación, todos veníamos de nuestros equipos profesionales donde los jugadores habían registrado muchos minutos", comentó Becky Sauerbrunn, cocapitana de la selección femenil de fútbol de Estados Unidos. "Obviamente, todavía teníamos cosas en las que trabajar antes de que comenzaran los Juegos, pero aguantamos más reuniones e hicimos más entrenamientos. El formato del torneo olímpico es agotador, nos enfocamos en comenzar el torneo de la manera más fresca posible".
Asimismo, la cocapitana también compartió los desafíos ambientales, por ejemplo, la fluctuación del clima en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil 2016. "Hemos pasado al menos 30 minutos al día al sol o al sauna para preparar nuestros cuerpos a las temperaturas más cálidas", comentó Sauerbrunn.
Nadia Comăneci, la tres veces medallista de oro olímpica y primer gimnasta en recibir una puntuación perfecta de 10 en Gimnasia Olímpica aseguró; "No hago ningún cambio drástico. Todo, cada parte de tu entrenamiento, está planificado para que alcances tu máximo rendimiento en el momento adecuado, en los Juegos Olímpicos. No puedes hacer cambios drásticos, a menos que suceda algo drástico."
Sumado a ello, esta ocasión los atletas enfrentaron un obstáculo adicional para el que ninguna delegación deportiva estaba preparada, la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia de Covid-19. La reprogramación de los Juegos Olímpicos generó incertidumbre, lo que representa un desafío tanto emocional como logístico para toda la comunidad olímpica.
Adeline Gray, luchadora olímpica de la selección estadounidense expreso su sentir ante dicha situación; "Mi forma de pensar actual es no pensar demasiado en el futuro. Es difícil predecir lo que sucederá, así que voy a entrenar y prepararme para formar parte de mi equipo olímpico". Con el cierre de centros deportivos, los atletas tuvieron que recurrir a diversas alternativas para compensar su entrenamiento y mantenerse en la cima.
"Otro retraso de los Juegos Olímpicos cambiaría significativamente el plan de entrenamiento", dice la corredora Kendell Williams. "Muchos atletas han esperado cinco años por otra oportunidad de representar a su país en el escenario más grande".
Aun con las medidas tomadas por el gobierno de Japón, y pese a la duda de muchos en continuar con el mayor evento deportivo, muchos de los atletas están dispuestos a adoptar las medidas pertinentes y superar los inconvenientes ocasionados por la pandemia.