Foto: Sylvain Cordier/Hemis via Alamy
El reciente descubrimiento de múltiples virus en animales criados en granjas peleteras encendió la alarma entre la comunidad científica, debido a los posibles riesgos de una nueva pandemia. Investigadores de diversas universidades advirtieron sobre la necesidad de implementar medidas de bioseguridad más estrictas en estas instalaciones, donde zorros, mapaches y otros animales pueden actuar como vehículos de transmisión de virus desconocidos hacia los humanos.
Un estudio reciente, publicado en la revista Nature reveló que animales como los zorros y los mapaches, criados en condiciones de alta densidad en China, albergan una gran variedad de virus potencialmente peligrosos para los humanos. Ante esta situación, científicos de diversas partes del mundo, incluyendo a Eddie Holmes, virólogo de la Universidad de Sídney, están pidiendo medidas de bioseguridad más estrictas.
Las granjas de animales para pieles pueden actuar como un puente entre la vida silvestre y las personas, facilitando la transmisión de virus. De acuerdo con Holmes, estas condiciones son propicias para el surgimiento de pandemias, similar a lo sucedido con la Covid-19 en las granjas de visones de Europa. El equipo de investigación encontró nuevos patógenos y variantes de virus ya conocidos, alojados en especies antes no asociadas, incrementando preocupaciones sobre su posible impacto en la salud humana.
Dicho estudio, realizado en China, tomó muestras de tejidos de animales fallecidos en diversas granjas y encontró un total de 125 virus, de los cuales 36 eran desconocidos hasta el momento. Entre estos virus, algunos son altamente preocupantes, como el coronavirus HKU5, que anteriormente solo se había detectado en murciélagos. Según Michael Letko, virólogo molecular de la Universidad Estatal de Washington, este tipo de virus tiene la capacidad de adaptarse al receptor ACE2 humano, facilitando su transmisión a las personas.
Por otro lado, Alice Hughes, bióloga conservacionista de la Universidad de Hong Kong, señaló que este estudio confirma las sospechas de que los animales de peletería son reservorios de virus y pueden saltar a los humanos. A raíz de esto, Hughes hizo un llamado hacia la industria y la migración hacia el uso de pieles artificiales, como una medida preventiva. De no ser posible, sugirió fortalecer la regulación del sector, implementando cuarentenas, mejorando la limpieza de las jaulas y asegurando un manejo adecuado de los desechos.
Bajo esta misma línea, Linfa Wang, viróloga de la Facultad de Medicina Duke-NUS en Singapur, respaldó la necesidad de un monitoreo constante de las granjas para detectar enfermedades emergentes. Wang destacó que, aunque el estudio ofrece una visión preliminar, es importante complementarlo con investigaciones epidemiológicas que determinen el alcance real de la transmisión viral en estas instalaciones.
Sin embargo, Mark Oaten, director ejecutivo de la Federación Internacional de Pieles, asegura que las granjas operan bajo estrictos estándares de bioseguridad. A pesar de esto, los brotes de gripe aviar y de otros virus como el SARS-CoV-2 en granjas de visones y perros mapaches generan preocupación. Estos animales, particularmente vulnerables a los virus humanos, pueden actuar como intermediarios en la transmisión de enfermedades.
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