Contar bocados con IA, una idea para combatir la obesidad infantil

 20-10-2025
Martín Olivera
   
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Un estudio piloto de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) evaluó la eficacia de un modelo de inteligencia artificial (IA) para contar bocados en menores y así facilitar la investigación en torno a la obesidad infantil. La tecnología, aún en fase de desarrollo, alcanzó un 70% de precisión en comparación con observadores humanos.

La investigación fue llevada a cabo por equipos de los departamentos de Ciencias de la Nutrición y de Desarrollo Humano y Estudios Familiares de Penn State. El objetivo fue automatizar el análisis del ritmo alimenticio infantil, una variable clave en los estudios sobre sobrealimentación y obesidad. La herramienta, llamada ByteTrack, analiza videos de menores mientras comen y detecta cada mordisco con base en el movimiento facial.

El sistema fue entrenado con grabaciones del Estudio de Alimentación y Cerebro de Keller, financiado por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales. Las imágenes incluyeron a 94 niños de entre siete y nueve años durante cuatro sesiones alimenticias con alimentos idénticos. En total, se usaron 1,440 minutos de grabaciones, de los cuales se codificaron manualmente bocados en 242 videos para entrenar el algoritmo y se utilizaron otros 51 para probar su desempeño.

"El sistema que desarrollamos fue muy eficaz para identificar los rostros de los niños", afirmó Yashaswini Bhat, autora principal del estudio. Según los resultados, el modelo reconoció rostros con una precisión del 97% y detectó bocados con un 70% de acierto respecto al conteo manual. No obstante, Bhat aclaró que la herramienta aún presenta dificultades cuando el rostro del menor está parcialmente cubierto o en comportamientos como morder utensilios.

Los investigadores consideran que contar bocados puede aportar información crucial sobre los hábitos alimenticios de los niños. "Cuando comemos rápido, no le damos tiempo a nuestro sistema digestivo para registrar las calorías", explicó Kathleen Keller, coautora del estudio y profesora de Ciencias de la Nutrición en Penn State. Añadió que comer rápidamente interfiere con las señales de saciedad, lo cual podría contribuir al desarrollo de obesidad infantil.

Alaina Pearce, también coautora del estudio, indicó que "la velocidad de los bocados es una característica estable del estilo de alimentación de los niños que puede abordarse para reducir su ritmo de alimentación, su ingesta y, en última instancia, el riesgo de obesidad".

El modelo todavía necesita mejoras antes de aplicarse fuera del laboratorio. Sin embargo, el equipo considera que su uso podría ampliarse a herramientas móviles de monitoreo en el futuro. "Algún día, podríamos ofrecer una aplicación para teléfonos inteligentes que avise a los niños cuando necesiten comer más despacio para que puedan desarrollar hábitos saludables que duren toda la vida", concluyó Bhat.




DESCARGA LA NOTA  SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS