El cerebro crea recuerdos nuevos sin borrar los viejos, revela estudio en ratones

Un equipo de investigadores liderado por Sachin Vaidya publicó en la revista Nature Neuroscience un estudio que esclarece cómo el cerebro puede almacenar nuevos recuerdos sin borrar los antiguos. El hallazgo se centra en un mecanismo conocido como plasticidad sináptica de escala conductual, observado en el hipocampo, región clave del cerebro asociada a la memoria autobiográfica y espacial.

El hipocampo se encuentra en la corteza temporal medial, y su implicación en los recuerdos se ha conocido durante décadas. Sin embargo, este estudio avanza en la comprensión de cómo se reorganizan las memorias. A través de un experimento de siete días en ratones genéticamente modificados, el equipo registró la actividad neuronal en la región CA1 del hipocampo, donde las llamadas células de lugar se activan al reconocer entornos familiares.

Durante el estudio, se observó cómo las células de lugar se sincronizaban progresivamente en sesiones de aprendizaje con recompensas espaciales. Esta reorganización neuronal creó una representación espacial más precisa sin eliminar memorias anteriores. Esto sugiere una forma de neuroplasticidad que no depende exclusivamente de la potenciación a largo plazo, mecanismo más tradicionalmente vinculado con el aprendizaje.

La memoria, sin embargo, también refleja vulnerabilidad. Según una revisión sistemática publicada a principios de 2025 por Huizi Tian y colaboradores investigaron cómo los episodios depresivos pueden afectar negativamente la memoria. El estudio señala disminuciones en el volumen de materia gris, menor conectividad cerebral y atrofia del hipocampo, acompañadas de síntomas como lentitud en el discurso y dificultades de evocación.

Frente a estas alteraciones, el mismo grupo de investigación destaca el efecto positivo del ejercicio aeróbico. La actividad física favorece la producción del factor neurotrófico BDNF, esencial para la salud sináptica y la memoria. Además, se ha documentado una mejoría en la transmisión de una baja dopamina, lo que puede restaurar el placer en quienes padecen anhedonia.

Estos hallazgos apuntan hacia un abordaje integral del bienestar mental, donde la comprensión de los mecanismos cerebrales y la intervención conductual como el ejercicio pueden mejorar la calidad de vida. La memoria no es solo un registro pasivo del pasado, sino un proceso dinámico influenciado por la salud cerebral y las experiencias cotidianas.