Ciudad de México,
A Amigon
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Actualmente con las investigaciones en el campo de la salud, se ha descubierto la importancia de la predisposición genética y el ambiente, razones por las que bajar de peso es difícil aunque se siga un régimen de ejercicio y dieta.
Lo primero a tomar en cuenta son los dos tipos de grasa existentes en el organismos humano: la grasa parda y la grasa blanca. La primera es la que produce calor al quemar la energía de los alimentos, mientras la segunda es la que se encuentra en el abdomen y almacena las calorías de la comida las cuales sólo se ocuparán en caso de hambre o de realizarse actividad física.
Si la ingesta de alimentos es mayor al gasto energético, la liberación de calorías se altera, los niveles de inflamación aumentan y el cambio de secreción de hormonas llega a enfermedades cardíacas, vasculares o incluso diabetes.
Médicos de la Clínica Mayo en Rochester, Nueva York, notaron que el riesgo de enfermedades cardiovasculares no es por el aumento del índice de masa corporal (IMC) necesariamente, sino con el índice cintura-cadera, es decir, dónde se almacena el tejido adiposo, lo cual se predispone genéticamente.
Siguiendo esta línea de la predisposición genética, recientes estudios de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología acerca del IMC descubrieron que no sólo factores como la genética y los hábitos predisponen a una persona al sobrepeso, sino que también el ambiente se vuelve más 'obesogénico' con el pasar del tiempo.
El ambiente obesogénico, que empezó el aumento del IMC de la población noruega, afectó tanto a las personas genéticamente predispuestas a la obesidad como a las personas que no desde los años 60 hasta los 2000, afectando a hombres y mujeres por igual. Las razones para este cambio en la población aún se desconocen pero los investigadores claman sea el objetivo de proyectos futuros para crear estrategias contra estos.
Más investigaciones acerca de la predisposición genética de parte del Departamento de Embriología y Genética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) encontraron que el sobrepeso y las enfermedades consecuentes de ese pueden afectar el desarrollo embrionario y manifestarse en generaciones posteriores.
En cuanto a México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en obesidad para mayores de 15 años y el primero en obesidad infantil. Las estadísticas indican que el 72% de los adultos mexicanos padece algún grado de obesidad, al igual que el 70% de los niños.
Las investigaciones a esta problemática continuarán, pero no se espera sea sencillo pues la Organización Mundial de la Salud calcula en gasto para el tratamiento de la obesidad en al menos 7,800 millones de dólares, tan sólo en México.Rutinas de ejercicio físico, dietas y otras acciones, estarían afectadas por la propia genética de las personas en cuestiones de sobrepeso.