La calidad del aire interior: el problema de salud que nadie está midiendo

 02-12-2025
Carlos Ortíz
   
Foto: Vaisala

Foto: Vaisala

La calidad del aire interior influye directamente en la salud de las personas, aunque rara vez forma parte de las discusiones en materia de salud pública. En espacios cerrados, escuelas, oficinas o instalaciones sanitarias, una ventilación deficiente puede agravar alergias, generar dolores de cabeza o fatiga crónica, e incluso aumentar el riesgo de infecciones respiratorias. Sin embargo, este factor sigue siendo tratado como un tema de confort y no como un indicador epidemiológico relevante.

Dicha tecnología disponible permite monitorear el ambiente interior en tiempo real a través de sensores inteligentes los cuales miden variables como temperatura, humedad y niveles de CO₂. Estos dispositivos, integrados a los sistemas HVAC (Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado, por sus siglas en inglés), ajustan automáticamente la ventilación según la necesidad del espacio, garantizando una circulación de aire más limpia y segura.

"La forma en que se instalan los sensores puede ser tan importante como la calidad del propio equipo", afirmó a NotiPress Daniel Jiménez, gerente de Ventas de Vaisala México. Esta empresa desarrolla soluciones ambientales para entornos críticos, donde la precisión no es opcional. Según el especialista, una medición correcta permite mantener niveles adecuados de oxígeno y reducir acumulaciones de dióxido de carbono afectando la concentración, el descanso y el sistema inmunológico.

Además, una mala ubicación de los sensores puede distorsionar las lecturas y anular los beneficios esperados. Por ello, Jiménez recomienda instalarlos a una altura de 1.5 metros, lejos de fuentes de calor o corrientes directas de aire. Este tipo de buenas prácticas asegura un monitoreo confiable, especialmente en lugares donde las condiciones del aire tienen impacto directo sobre personas vulnerables, como pacientes, niños o adultos mayores.

Entre las soluciones destacadas se encuentran los sensores de la serie GMW90, que miden CO₂, temperatura y humedad, y la serie HMW90, centrada en temperatura y humedad. Ambos dispositivos cuentan con certificados de calibración y están diseñados para una integración eficiente en entornos con sistemas HVAC de alta demanda.

Aunque estos sensores están disponibles y probados en aplicaciones industriales, su uso en espacios públicos aún no se generaliza. La ausencia de regulaciones que vinculen la precisión ambiental con la prevención de enfermedades representa un vacío en las políticas de salud pública.

Promover la instalación de sensores ambientales de calidad en edificios públicos permitiría abordar de manera proactiva afecciones vinculadas al aire interior. Esta práctica ayudaría no solo a reducir síntomas asociados a la exposición prolongada en ambientes cerrados, sino también a prevenir brotes infecciosos vinculados con ventilación inadecuada.

La evidencia técnica sugiere que cada vez más, el aire que se respira en interiores debe entenderse como un recurso a gestionar, medir y optimizar. Incorporar sensores ambientales a esta tarea no solo mejora el bienestar diario, sino que representa una oportunidad estratégica para reforzar la salud pública desde lo invisible.




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