Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
En octubre de 2024, Andrew Cassy, diagnosticado con Parkinson desde 2010, fue sometido a un trasplante de neuronas derivadas de células madre embrionarias humanas en Lund, Suecia. La esperanza es que, con el tiempo, reemplacen parte del tejido dañado. Este procedimiento, parte de un ensayo clínico, podría revolucionar el tratamiento de enfermedades debilitantes como el Parkinson, la diabetes y la insuficiencia cardíaca.
La enfermedad de Cassy, el Parkinson, es una enfermedad neurodegenerativa que destruye las neuronas que producen dopamina, afectando el movimiento y otras funciones. Aunque los medicamentos actuales ayudan a mitigar los síntomas, pierden eficacia con el tiempo y generan efectos secundarios severos. Los intentos iniciales para reemplazar las células comenzaron en los años 80 con trasplantes de tejido fetal, pero enfrentaron limitaciones por disponibilidad, problemas éticos y resultados inconsistentes.
Con el tiempo, el desarrollo de células madre embrionarias humanas y células iPS (pluripotentes inducidas) permitió obtener células especializadas en mayor cantidad y calidad. Los ensayos recientes, como el liderado por BlueRock Therapeutics, demostró seguridad y mejoras significativas en algunos participantes. En estos estudios, las células progenitoras de dopamina se trasplantan directamente en el putamen cerebral, ubicado en el centro del cerebro, aprovechando la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas células.
Además del Parkinson, la medicina regenerativa con células madre está avanzando en otras áreas. Por ejemplo, ensayos en personas con epilepsia lograron reducir significativamente la frecuencia de las convulsiones mediante el trasplante de interneuronas derivadas de células madre. Por otro lado, en la diabetes tipo 1, tratamientos con células de los islotes pancreáticos permitieron a algunos pacientes dejar de usar insulina.
Pese a estos logros, quedan retos importantes. La prevención del rechazo inmunológico sigue siendo un obstáculo. Los investigadores están explorando soluciones como la edición genética y el uso de cápsulas biocompatibles que protejan las células trasplantadas del sistema inmunológico. Además, las células madre iPS ganaron popularidad en países con restricciones éticas o legales sobre las células embrionarias, aunque también su uso plantea riesgos hipotéticos de mutaciones.
El corazón, uno de los órganos más desafiantes para la regeneración, también está siendo estudiado. Investigadores trabajan en la creación de cardiomiocitos a partir de células madre para reparar tejido dañado, mientras que, en enfermedades renales, el progreso es más lento debido a la complejidad de este órgano.
Cassy, quien decidió participar en este ensayo para contribuir al avance de la ciencia, destaca el optimismo que rodea estas investigaciones: "Esto es investigación y no sabemos cómo resultarán las cosas", afirma. "Pero entré en el quirófano con plena confianza y sin ningún reparo", agrega.
A pesar de los desafíos, el impacto potencial es inmenso. La terapia celular podría integrarse en la medicina general en los próximos cinco a diez años, ofreciendo alternativas más eficaces y personalizadas para millones de personas.
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