Ciudad de México ,
Álvaro Sánchez
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El vínculo entre un niño y su mascota es parecido a las relaciones humanas, en términos de afecto, protección y tranquilidad. La pérdida de una mascota puede desencadenar grandes problemas emocionales en los niños. De igual modo, este dolor puede ser tan profundo y prolongado que puede provocar problemas mentales posteriores. Lo anterior es afirmado por investigadores y catedráticos de diversos institutos quienes dan sus comentarios al respecto para lidiar con ello.
Con los datos del Estudio Longitudinal de Avon de Padres e Hijos hecho en Bristol, Inglaterra y que recoge datos de 6 mil 260 niños, investigadores del Hospital General de Massachusetts observaron el fuerte apego emocional de los niños a las mascotas. Gracias a estos datos, los investigadores hicieron un seguimiento de los problemas emocionales derivados de la pérdida de mascotas en niños de 4 a 8 años. Por su parte, concluyeron el 63% de ellos sufre la pérdida de sus mascotas.
Tales problemas emocionales sirve como indicador de depresión en niños durante tres años o más y estos se producen independientemente del nivel socioeconómico del niño o de sus vivencias anteriores. Los investigadores también observaron, los problemas emocionales eran más pronunciados en los niños que en las niñas.
"Una de las primeras pérdidas importantes que un niño probablemente sufrirá será de una mascota y el impacto puede ser traumático" indica Katherine Crawford residente del Departamento de Psiquiatría de dicho hospital. La pérdida de una mascota a menudo se asocia con problemas emocionales en los niños y esto es algo que padres y médicos deben tomar seriamente.
Al respecto Camilo Atehortua, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad de Antioquia añade, ante la pérdida de una mascota, los niños evitan todo lo que les recuerde el trauma, ya sean actividades, situaciones o personas. Incluso evitan pensamientos o sentimientos sobre el suceso traumático pero normalmente fracasan en sus intentos. Como resultado de los problemas emocionales, los niños pierden el interés en sus actividades, se aíslan de los demás y comienzan a preocuparse por la muerte.
Para remediar tales problemas emocionales en niños, la farmacéutica Merck and Co, indica hay tres remedios para aliviar la pérdida de una mascota: psicoterapia, terapia conductual y (a veces) medicamentos. A través de la primera, los niños enfrentan y superan sus recuerdos, con la segunda pueden resignificar sus sentimientos y cambiar pensamientos. Finalmente un medicamento especial para esta situación llamado inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina sirve como antidepresivo.
Después de los 7 años, el concepto de muerte se vuelve consciente en la mente de los niños y toma un significado parecido al de los adultos. Los niños comienzan a temer a la muerte, tanto a la propia como a la ajena, asegura Mar Faya, psiquiatra infantil en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid. Por ello los adultos deben prestar atención a la pérdida de una mascota porque puede desencadenar problemas emocionales en niños. Si estos son más profundos y duran más de lo esperado, pueden ser signo de un problema mayor que debe ser tratado por un profesional.