Ciudad de México,
Patricio Contreras
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En los grandes centros de salud de salud e infraestructura hospitalaria del país, resulta fundamental un suministro sostenido y constante de energía. Un apagón masivo como el registrado el 28 de diciembre de 2020 podría afectar la capacidad de los servicios de salud de brindar procedimientos fundamentales. Entre ellos, tratamientos auxiliados por tecnología, almacenamiento de medicamentos, cirugías de urgencia y sistemas respiración asistida, de alta prioridad en tiempos de Covid-19. Dicha baja en el sistema afectó a 10.3 millones de usuarios de la red eléctrica del país según reportes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
"En el ámbito hospitalario, contar con una planta de emergencia es fundamental para asegurar que todos los usuarios logren ser atendidos con extrema eficiencia y a tenor de sus requerimientos de salud. En tiempos de pandemia, un generador de energía tiene una connotación aún más importante y decisiva dado su papel en la lucha contra el Covid-19". Ello según explicó Miguel Hernández, director de ventas de Generac México, proveedor de productos de energía de reserva y de energía primaria. Con ello en mente, compartió a la agencia NotiPress algunos beneficios de contar con un generador de energía de emergencia.
Principalmente, constituye una forma de garantizar una fuente de energía constante. No obstante, queda aún el reto de dimensionar el requerimiento de las cargas a respaldar considerando el tamaño del hospital. Incluso se recomienda, si es posible, contemplar la instalación de otro grupo generador de reserva.
Una falla en el suministro eléctrico local no solo ocasiona problemas en la atención de los usuarios, sino también afecta la conservación de algunos fármacos termolábiles. Además de otros insumos como muestras de análisis clínicos, bancos de sangre y leche materna, y vacunas. Lo anterior es de especial importancia para las vacunas de Covid-19, pues su correcto funcionamiento depende de su almacenamiento en frío. Los compuestos de estas requieren temperaturas constantes que varían según el fabricante; entre los 2 y los 8 grados Celsius para la Sputnik V y -70 grados para la de Pfizer-BioNTech.
Finalmente, un suministro de energía continuo ayuda a mantener activos los sistemas de protección e iluminación, así como registros y seguridad digital. Más allá de garantizar la continuidad de los procedimientos, "invertir en una planta de emergencia asegura la efectividad en la atención, reduce costos de operación y garantiza la seguridad tanto de los usuarios como de los trabajadores del centro de salud", concluyó Hernández. Volviendo al tema de las vacunas, lo seguridad es importante ante la alerta de la compañía IBM por posibles amenazas de ciberataques a las cadenas de frío.
Bajo este contexto, un corte de energía se vuelve un verdadero peligro para la vida y la continuidad del sector salud. Actualmente, la capacidad instalada en operación en el país es de 80,000 MW, de acuerdo con información de la Secretaría de Energía actualizada a mayo de 2020. El apagón de 7,500 MW visto el 28 de diciembre de 2020 representó casi el 10% de la red eléctrica, afectando a 19% de los usuarios. Con ello se vio que una afectación de esa magnitud es posible en cualquier momento, recalcando la importancia de contar con medios para prevenir la interrupción del flujo energético.