Ciudad de México,
Patricia Manero
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La tiroides es una glándula de forma de mariposa ubicada en la cara anterior del cuello que es vital para la salud, ya que produce hormonas que regulan el metabolismo del cuerpo y afectan a todas sus funciones. Casi todos conocen a alguien que padece alguna complicación en la tiroides, por lo que es importante ser diagnosticado y tratado a tiempo. Desgraciadamente, muchos pacientes tardan en ser diagnosticados, esto se debe a menudo al hecho de que no saben lo suficiente sobre el tiroides y sus complicaciones.
Otras enfermedades conocidas de la tiroides incluyen el cáncer de tiroides, nódulos, bocio y tiroiditis, según un artículo compartido por la plataforma doctoranytime. Es recomendable siempre consultar a un especialista para mantener una buena salud y eliminar todos los riesgos que se puedan padecer por genética o por cualquier otra causa adquirida.
Produce dos hormonas básicas: la tiroides es una glándula situada en la parte delantera del cuello, su tamaño es pequeño (4-6 cm). Produce hormonas T3 y T4, que afectan a casi todas las células, tejidos y órganos del cuerpo humano. Estas hormonas regulan muchas funciones vitales como la quema de calorías, peso corporal, los latidos del corazón, presión arterial, temperatura corporal y la función de los músculos, el hígado, el cerebro, entre otros.
El yodo es necesario para funcionar correctamente y producir las hormonas T3 y T4. Se calcula que una persona media necesita aproximadamente una cucharadita de yodo a lo largo de su vida. Sin embargo, el aporte a la glándula tiroides debe ser gradual, diario y no brusco. De lo contrario, se corre el riesgo de que no pueda realizar su trabajo y se desarrolle hipotiroidismo por deficiencia de yodo, así como hipertiroidismo por sobreproducción de las hormonas T3 y T4.
Sus enfermedades son más comunes en las mujeres, tienen entre cinco y ocho veces más probabilidades que los hombres de enfermarse por la tiroides. En general, una de cada ocho mujeres desarrolla una enfermedad tiroidea, especialmente después del embarazo y durante la menopausia.
Asimismo, su función está controlada por el cerebro, la glándula tiroidea produce hormonas básicas que regulan el organismo, pero su función está regulada por el cerebro. En concreto, la producción de hormonas tiroideas está regulada por la hormona estimulante del tiroides, tirotropina. Esta hormona es producida por la hipófisis, una glándula situada en el cerebro.
Si la hipófisis se da cuenta de que circulan niveles reducidos de hormonas tiroideas en la sangre, produce más tirotropina para estimular su producción. Por el contrario, si se da cuenta de que hay hormonas tiroideas elevadas, disminuye la tirotropina para reducir su producción. Incluso pequeños cambios en los niveles de las hormonas T3 y T4 provocan un cambio en los niveles de TSH.
Por otra parte, su condición más común es el hipotiroidismo, caracterizado por la disminución de la producción de las hormonas T3 y T4. Se manifiesta con síntomas como fatiga, sensación de frío, debilidad muscular y aumento inexplicable del peso corporal.
La segunda enfermedad tiroidea en frecuencia es el hipertiroidismo, que provoca nerviosismo e irritabilidad. También dificultades de concentración, sensación de calor cuando los demás tienen frío, taquicardia y diarrea, así como dificultad para dormir y pérdida de peso inexplicable. La glándula tiroides puede también desarrollar tumores, benignos o malignos (cáncer) y estos, a su vez, producir exceso de hormonas (hipertiroidismo) o no producirlas (no funcionantes).
En muchos casos, las enfermedades de la tiroides son autoinmunes, esto significa que es el resultado de una reacción exagerada del sistema inmunitario. Sin embargo, de las que no lo son, la causa exacta sigue siendo en gran medida desconocida. Por lo tanto, cuando se trata de cualquiera de las dos, no hay forma de prevenirla. Pero, los pacientes pueden mantener su condición bajo control con un tratamiento adecuado. De este modo, reducen sus efectos en su cuerpo y en su vida.
Si no se ajusta a tiempo, hay complicaciones, cuando la glándula tiroides no funciona correctamente debido a una enfermedad, el cuerpo está en peligro. Una enfermedad tiroidea no diagnosticada aumenta el riesgo de complicaciones como enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, infertilidad, entre otros. Especialmente las mujeres embarazadas con hipotiroidismo no diagnosticado tienen un mayor riesgo de eliminación, parto prematuro y problemas graves en el desarrollo de sus hijos.
Como todos los órganos sólidos, la tiroides puede desarrollar cáncer; en la gran mayoría de los casos, el cáncer de tiroides es curable. Pero, existe una forma poco frecuente (que representa el 1-2% de todos los casos en la glándula) que puede ser muy agresiva. Este cáncer se llama cáncer de tiroides anaplásico o indiferenciado.
Puede ser extirpado, la glándula tiroidea puede necesitar ser extirpada en caso de cáncer. Cuando este es el caso, el paciente toma hormonas tiroideas en forma de comprimidos, que sustituyen a las naturales que su cuerpo ya no produce.
Necesita una revisión periódica, cuando se tiene antecedentes familiares de alguna enfermedad tiroidea, debe ser palpada por un endocrinólogo o un médico con experiencia para detectar un posible crecimiento y/o desarrollo de un tumor y hacerse un análisis de sangre desde la infancia. La prueba debe repetirse aproximadamente cada dos años.
A las personas sanas sin antecedentes familiares de enfermedad tiroidea se les recomienda la palpación por un endocrinólogo o un médico con experiencia para detectar un posible crecimiento y/o desarrollo de un tumor y los análisis de sangre cada 2 años a partir de la edad adulta. En función de los resultados, se determinan las pruebas adicionales que serán necesarias y la frecuencia exacta de las revisiones.
Con la colaboración del dr Manuel Luis Prieto Martínez, cirujano general, quien compartió y verificó para NotiPress la información para el desarrollo de este artículo. Concluyó la licenciatura como médico cirujano y partero en la Universidad de Guadalajara en 1988, obtuvo su especialidad en cirugía general en la Universidad de Guadalajara en 1991. Cuenta con 32 años de experiencia médica y se especializa en apendicitis, abdomen agudo, hernia inguinal, por mencionar algunos.