Ciudad de México,
Fernanda Martínez
Crédito foto: Gustavo Torres (NotiPress)
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los esfuerzos para corregir la orientación sexual e identidad de género (ECOSIG) o las terapias de conversión, son intervenciones con el objetivo de alterar la orientación sexual de una persona o su identidad de género. Sin embargo, son violatorias de los derechos humanos y de la autodeterminación de quienes e identifican como gays, lesbianas, bisexuales o transgéneros, entre otros. En el caso de México, son intervenciones que no han sido prohibidas en la mayoría de los estados.
En un informe presentado por el experto independiente de la ONU sobre orientación sexual e identidad de género, Víctor Madrigal-Borloz señaló a las terapias de conversión como una forma de tortura. Pues, el experto indicó la presencia de abusos físicos, psicológicos y sexuales para tratar de obtener la conversión. También se emplea la electrocución, medicación forzada, aislamiento, confinamiento, injurias y humillación para lograrla.
Madrigal-Borloz señaló que comúnmente se utiliza la aversión, la cual consta en someter a una persona a una sensación doloroso mientras se le expone un estímulo vinculado a su orientación sexual. Algunas veces se implementan farmacólogos, tales como la medicación o tratamientos de hormonas o esteroides.
Sin embargo, quienes "fracasan" en la conversión de su orientación sexual son obligados a someterse a cirugía de afirmación de género, según detalló el experto. Esto se realiza porque se cree que la cirugía puede neutralizar su orientación.
Por ello, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 2012 señaló que las "terapias de conversión" no tienen justificación médica. Además de representar una amenaza para la salud y los derechos humanos de las víctimas.
Desde 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que la homosexualidad no es una enfermedad. Posteriormente, en 2018 se removió a la transexualidad del catálogo de enfermedades mentales.
Pese a ello, de acuerdo con datos de la ONU 68 países realizan ECOSIG. En las regiones de África son realizadas de forma "muy frecuentes" y en América Latina, el Caribe y Asia de forma "bastante frecuentes".
Gran parte de los estados en México no prohiben o sancionan la impartición de terapias de conversión. Hasta el 2 de junio de 2022 solo nueve estados de la República habrían prohibido los ECOSIG.
El estado que recientemente prohibió los ECOSIG fue Puebla el 2 de junio de 2022 con 33 votos a favor, 0 en contra, 7 abstenciones y 1 impedimento. Baja California reformó su código penal con el objetivo de multar a aquellas personas que realicen las prácticas de conversión, las cuales podrán pasar de dos a seis años en prisión.
Jalisco también las prohibió, pero no implementó sanción con cárcel, únicamente trabajo comunitario o multas. En Colima, Yucatán, Zacatecas y Baja California Sur están prohibidas desde el 2021. Por su parte en el Estado de México se prohibieron en el 2020.
La Ciudad de México fue la primer entidad en prohibir lo ECOSIG el 24 de julio de 2020. La iniciativa presentada por el diputado Temístocles Villanueva fue aprobada por 49 votos a favor, 9 en contra y 5 abstenciones en el congreso capitalino.
Actualmente a nivel mundial los ECOSIG son prohibidas únicamente en ocho países. Entre ellos se encuentran Francia, Alemania, Brasil, Ecuador, Chile, Canadá, Grecia y Malta.