Ciudad de México,
Ali Figueroa
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
De acuerdo con Proforest, organización especializada en la producción sostenible de agro-commodities, la sensibilidad social y perspectiva sostenible de los productores del sector agrícola ha evolucionado de manera considerable durante los 10 años más recientes. En ese sentido, la capacitación continua aplicada en dicha industria es una aliada importante para fortalecer la industria y beneficiar tanto productores como a comunidades. Ello indicó Omar Esteban Figueroa Trejo, principal project manager en Proforest e ingeniero agrónomo de la Universidad Autónoma Chapingo, en una entrevista realizada por Sergio F Cara, editor en jefe de la agencia de noticias NotiPress.
El mercado de la industria de agro-commodities muestra una tendencia permanente de alinearse con las mejores prácticas en temas de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, comentó Figueroa. Este factor es decisivo para la competitividad de los productores, ya que la productividad debe orientarse tanto al máximo rendimiento para obtener mejores ganancias, como al hecho de cumplir con las prácticas dentro de un mercado cauteloso con el medio ambiente y prácticas sociales.
Frente a este hecho, la capacitación en el sector agrícola se constituye como una aliada para palmicultores y otros cultivos, gracias a su abanico de saberes técnicos y nuevas perspectivas. Abrir la percepción de agricultores y productores representa la posibilidad de hacer las prácticas de otras maneras, incluso si no se encuentran acostumbrados a los temas centrales de sostenibilidad y perspectiva social. "Muchas veces los productores no adoptan estas prácticas no porque no quieren, sino porque no saben que existen", comentó el ingeniero agrónomo. Según indicó, uno de los comunes denominadores de la capacitación es su cualidad de ofrecer también la capacidad de mejora continua.
La capacitación continua introduce el aprendizaje de los beneficios individuales ofrecidos al productor, así como beneficio de otros a nivel social y económico. En el caso de los trabajadores, ellos deben contar con salario digno, prestaciones, y elementos que mejoren la relación con productores y comunidades, en tanto forman parte de la cadena de suministro. El especialista comentó los componentes de la capacitación continua: entender el mercado, así como los beneficios al productor, y beneficios a otros, conducen a un sentido de valor compartido. "Todo lo que haga el productor es tanto para su beneficio propio como para el de otros", advirtió.
Por su parte, los sectores de caña de azúcar, palma y café enfrentan retos importantes en materia de sostenibilidad y ejercicio de lo adquirido por la capacitación continua, indicó Proforest. En primer lugar, se encuentra la seguridad social, en tanto para muchos productores resulta difícil asumir y solventar sus costos. Bajo este factor, las asociaciones de productores cuentan con mejores herramientas para resolver el tema de costos; pero pueden experimentar dificultades al generar otro tipo de acuerdos.
Asimismo, en lo social hay una problemática en cuanto al trabajo infantil, pues debido a las condiciones socioeconómicas en donde los cultivos son producidos, muchos jóvenes tienen la necesidad de aprender un oficio a temprana edad. "El tema de jóvenes trabajando es muy común en el país, para resolverlo, es necesario el involucramiento de todas las partes interesadas", agregó.
Como tercer problema se encuentra el tema de productividad, en tanto México cuenta con una gran extensión de territorio agrícola, existiendo bajos rendimientos en los cultivos. Detrás de ello existen causas sociales, económicas y administrativas que impactan a los diferentes cultivos y tienen base en la escasa tecnificación, asistencia técnica y falta de recursos para apalancar a los productores.
Un ejemplo son los sistemas de policultivo, cuyo ecosistema dentro del cultivo es diverso; frente al sistema de monocultivo, como la caña de azúcar, donde la diversidad ocurre a su alrededor. En consecuencia, el cómo implementar productividad y sostenibilidad no involucra cultivos más nobles que otros, sino prácticas necesarias adaptables a las exigencias y situación de cada cultivo.
Finalmente, existe un problema de tema generacional donde la brecha entre las nuevas generaciones provoca la pérdida de conocimiento y habilidades del sector agrícola. Ello con base en que los jóvenes prefieren migrar a otra industria, y no continuar con las labores del sector. Las capacidades se complican a la luz de esta problemática, ya que mientras las personas mayores no simpatizan con diversas formas de tecnología, los jóvenes buscan hacer todo con software, afirma el experto. Es en ese sentido donde la creatividad y soluciones para todas las generaciones cobra mayor importancia ante las iniciativas de capacitación continua.
Ante este panorama de la capacitación continua, el ingeniero de la Universidad de Chapingo se mostró entusiasmado de la alianza anunciada recientemente entre Proforest y la Federación Mexicana de Palma de Aceite (FEMEXPALMA). Misma que tiene por objeto crear capacidades para captar más expertos en sostenibilidad del sector agrícola en México, sobre todo al sureste del país. Dicha colaboración busca acercar el conocimiento técnico en sostenibilidad al sector agrícola, basado en capacitación continua a un precio competitivo en la industria. Esto incluye una prioridad por capacitar con expertos y líderes del sector a nivel nacional, en lugar de enfocar esfuerzos y gastos por traer a especialistas desde el extranjero. "México es tan importante en el mercado de palma y otros agro-commodities, que debe tener su propio cuerpo de expertos", concluyó.