Ciudad de México,
Judith Moreno
Crédito foto: Gobierno de México
La reconstrucción de los puentes vehiculares de Alameda Oriente impactará a 65 mil vehículos diarios durante más de dos años, según lo presentado en la conferencia matutina del 6 de agosto. El proyecto forma parte del Plan Integral del Oriente del Estado de México y contempla sustituir dos puentes existentes por nuevas estructuras entre de Ciudad de México y Estado de México.
Ubicados en el extremo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), estos puentes forman parte del corredor vehicular vinculado a las autopistas México–Puebla y Peñón–Texcoco. Uno de ellos permanece cerrado desde 2017 por daños estructurales provocados por un sismo, mientras el segundo sigue en operación con restricciones.
Los trabajos comenzaron formalmente en junio de 2025 con estudios topográficos, estructurales, hidráulicos y geotécnicos. La demolición se ejecuta por fases debido a la necesidad de mantener uno de los cruces activo mientras avanza la obra. El secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jesús Antonio Esteva Medina, informó: "Son dos puentes muy importantes en la conexión entre el Estado de México y la Ciudad de México. Uno de ellos está cerrado a la circulación".
Durante su intervención, Esteva precisó cómo la inversión total asciende a 1,700 millones de pesos y que los trabajos se prolongarán hasta octubre de 2027. El primer puente, con una longitud de 500 metros, concluirá en mayo de 2026. Una vez puesto en operación, iniciará la intervención del segundo, cuya longitud es de 700 metros.
Así, la zona de Alameda Oriente representa un nodo de paso entre dos entidades de alta densidad industrial y urbana. Según la proyección oficial, se espera mejorar la conectividad en el oriente metropolitano al restablecer completamente la circulación en ambos sentidos. "Es una afectación muy relevante a la comunicación entre los dos estados, dado que es periférico", subrayó el funcionario durante la exposición técnica del proyecto.
El proyecto fue adjudicado tras una convocatoria de concurso nacional. Las obras avanzan mediante desmontaje secuencial de estructuras, proceso que permitirá garantizar condiciones de seguridad vial mientras se mantiene parcialmente habilitado el paso. La cimentación del primer puente comenzará en agosto de 2025, y se prevé entregar la totalidad de la obra en un plazo superior a dos años.
Igualmente, Esteva detalló que los daños identificados en el puente cerrado incluyeron desplazamiento de vigas, inclinación de columnas y asentamientos significativos. Esta situación motivó la decisión de reconstrucción integral. "Desde 2017 sufrieron daños por eso se tomó la decisión de cerrarlo", explicó el titular de la dependencia.
Las autoridades destacaron el estado limitado del puente actualmente en operación, cuya capacidad restringida representa una condición crítica para la circulación. Por ello, se calendarizado la ejecución de ambas fases bajo un esquema diseñado para minimizar el impacto al tránsito pesado, transporte de carga y flujo entre regiones metropolitanas del Valle de México.