Ciudad de México,
Fernanda Martínez
Crédito foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha reiterado en más de una ocasión que al finalizar su sexenio, México tendrá un sistema de salud mejor que el de Dinamarca. Para conseguirlo, el mandatario impulsa el programa IMSS-Bienestar, el cual opera en 19 de los 32 estados del país.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el programa proporciona en sus unidades de salud servicios de primero y segundo nivel. Asimismo, cuenta con una amplia red de servicios donde se conjuga la atención médica y la promoción a la salud en las comunidades.
Por más de 40 años, el IMSS-Bienestar ha dado cobertura a las personas sin seguridad social de zonas rurales o marginadas, operando con varios nombres. Este programa del gobierno federal se encuentra administrado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para dar cobertura a personas no asalariadas y sin capacidad contributiva.
Tanto la atención médica, como los medicamentos ofrecidos, se dan de forma gratuita. Además, busca dejar la desigualdad en el acceso a servicios, al tener un único proveedor de atención médica centralizado.
Sin embargo, los trabajadores de la salud de diversos estados han manifestado su disgusto por este programa. De acuerdo con los profesionales, el IMSS-Bienestar genera incertidumbre sobre las condiciones laborales bajo el nuevo sistema de salud.
Asimismo, en la Secretaría de Salud existen 17 tipos de contratos, más los nuevos que se integraron con la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). Los trabajadores se preguntan si el administrador será I-B, cómo quedan y qué pasará con los sindicatos.
La adopción de I-B como pilar del nuevo plan de salud podría requerir otro modelo de atención, puntualizan algunos expertos. Las personas sin seguro social viven en áreas semiurbanas y urbanas con necesidades distintas a las zonas rurales. Actualmente, las características de las personas sin acceso a la seguridad social son diferentes y no han sido reconocidos por las autoridades.
Adicionalmente, el gobierno de México ha impulsado la llegada de médicos cubanos para integrarse a la plantilla del IMSS. Para algunos médicos mexicanos, los cubanos quitan la posibilidad de tener un trabajo decente y no se resuelve el problema de base, que es mejorar el nivel de la medicina mexicana.
Para lograr los objetivos del gobierno, el presidente ha invitado a los médicos especialistas jubilados del IMSS, a integrarse al programa. La invitación se hace para cubrir la atención médica en las zonas más vulnerables del país, sin embargo, muy pocos han respondido al llamado.
Este panorama ha provocado que el personal de salud en México se manifieste en contra del programa impulsado por López Obrador. Entre las exigencias se encuentra la estabilidad laboral, por lo cual piden basificaciones, homologación de sueldos y mejores condiciones laborales.