Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: Patricia Manero (NotiPress/Composición)
El Gobierno de España presentó una queja formal ante México luego de que se confirmara que el rey Felipe VI no fue invitado a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, que se celebrará el próximo 1 de octubre. La exclusión del monarca español fue calificada como "inaceptable" por el Ejecutivo español, que decidió no enviar ninguna representación oficial al evento.
La queja fue transmitida formalmente el martes 24 de septiembre, mismo día en que se hizo pública la noticia. Según fuentes diplomáticas citadas por el diario El País, el embajador mexicano en Madrid, Quirino Ordaz, fue convocado al Ministerio de Asuntos Exteriores de España, encabezado por José Manuel Albares. Al mismo tiempo, el embajador español en México, Juan Duarte, entregó una "nota verbal" a la Cancillería mexicana, subrayando la relevancia diplomática del monarca en eventos internacionales, especialmente en América Latina, donde ha participado en numerosas tomas de posesión.
La ausencia del Rey Felipe VI en la ceremonia ha sido justificada por el Gobierno mexicano debido a un conflicto histórico. En 2019, el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), envió una carta al rey exigiendo una disculpa por los abusos cometidos durante la época colonial. La carta, que no recibió respuesta, solicitaba una disculpa pública por los agravios sufridos por los pueblos indígenas durante la Conquista, lo que ha tensado las relaciones diplomáticas entre ambos países desde entonces.
El presidente español, Pedro Sánchez, en una conferencia desde Nueva York, lamentó la situación, destacando la importancia de la relación entre España y México, a quienes describió como "países hermanos". Sánchez expresó su "tristeza" por el deterioro en las relaciones políticas debido a este conflicto diplomático, señalando que España siempre ha mantenido una postura de cercanía con la sociedad mexicana.
Por su parte, López Obrador respaldó la decisión de excluir al rey Felipe VI, calificando de "prepotente" la postura de España por no ofrecer disculpas. Asimismo, recordó que México ya se ha disculpado por hechos históricos como el exterminio de pueblos indígenas tras su independencia. El expresidente instó nuevamente a España a reconsiderar su posición, subrayando que en otros casos ya se han ofrecido disculpas oficiales, por lo que cuestionó: "¿Qué les cuesta ofrecer una disculpa?".
Este incidente refleja tensiones históricas no resueltas entre ambos países, que se han reavivado en un momento crucial para la política mexicana con la llegada de la primera mujer a la presidencia. Aunque la decisión de no invitar al rey ha generado una reacción contundente por parte de España, las consecuencias a largo plazo de este desencuentro diplomático están por verse.