Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: lopezobrador.org.mx
La administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está marcada por procesos penales incompletos o desechados después de grandes arrestos. La más reciente fue la exoneración del general Salvador Cienfuegos Zepeda, aprehendido en Estados Unidos por cuatro cargos de narcotráfico. Asimismo, casos como el de Emilio Lozoya o el de Ovidio Guzmán, hijo del "Chapo" Guzmán también resuenan en la Cuarta Transformación (4T).
A petición del gobierno de México, Cienfuegos fue devuelto a México con la promesa de ser procesado; no obstante, la Fiscalía General de la República (FGR) indicó, no se ejercerá acción penal en su contra, a pesar del gran arresto que significó. En su habitual conferencia matutina del 15 de enero de 2020 AMLO informó, la FGR determinó que el extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no tuvo encuentros con grupos de crimen organizado. De igual forman, el mandatario mexicano señaló, tal determinación estaba respaldada por él, alegando, "no se pueden inventar delitos".
Bajo esta línea, la Agencia de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos afirma, el general cometió delitos de durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. En este sentido, la DEA, como parte del arresto, conecta a Cienfuegos con integrantes del cártel H-2, lo que queda del cártel de los Beltrán Leyva. Por su parte, tras la controvertida "mañanera", el Departamento de Justicia estadounidense informó en un comunicado, se reservará el derecho de reiniciar un proceso judicial por vínculos con el narcotráfico.
Otro gran arresto muy mediático fue el denominado "Culiacanazo", cuando el 19 de octubre de 2019 fuerzas federales atraparon y liberaron el mismo día a Ovidio Guzmán. El hijo del famoso capo del cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán ordenó a sus fuerzas paramilitares desatar una ola de violencia para su liberación.
Tras el pánico entre los habitantes de Culiacán, el gobierno federal optó por liberar al capo, generando un sinfín de críticas por parte de la prensa local, el Ejército y la sociedad civil. Analistas políticos coinciden, el Culiacanazo fue el día en que el cártel de Sinaloa humilló al Estado mexicano.
El caso de Genaro García Luna también es parte del estandarte de AMLO contra la corrupción en los altos niveles del gobierno. Quien fuera secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón fue arrestado en Estados Unidos por conspiración para traficar drogas y realizar declaraciones falsas. También se le acusa de haber recibido sobornos por parte del cártel de Sinaloa de millones de dólares. En México, la Fiscalía abrió una investigación en su contra por delitos patrimoniales, relacionados con empresas y contratos obtenidos en el gobierno de Calderón y Peña Nieto.
Después del proceso de extradición desde España, otro de los grandes arrestos del gobierno de AMLO fue Emilio Lozoya Austin. El exdirector de Pemex acusado de recibir sobornos de Odebrecht se apegó a un "criterio de oportunidad", es decir, se convirtió en colaborador en las investigaciones de la FGR. El fiscal general, Alejandro Gertz Manero señaló, Lozoya presentó una denuncia de hechos contra el exmandatario Peña Nieto, y el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray. A pesar de las declaraciones del imputado, las dependencias correspondientes aún no presentan resolutoria para ninguno de estos grandes arrestos.
Todos estos grandes arrestos quedan como una herida abierta para la 4T y el gobierno de AMLO, siendo el combate a la corrupción en todos los niveles de poder su principal estandarte de campaña. López Obrador indicó en la mañanera del 6 de enero, "ya ha transcurrido mucho tiempo", pidiendo a la FGR que informe acerca de los avances de estos arrestos.