Foto: Sergio F Cara (Composición/NotiPress)
Históricamente, el sector del transporte de carga pesada ha estado mayormente dominado por hombres. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las mujeres representan solo el 22.7% del personal en estas empresas. Uno de los principales impedimentos para cerrar esta brecha de género es la inseguridad en las carreteras, compartió la compañía ELAM-FAW con NotiPress.
En este sentido, empresas del sector de transporte de carga pesada visualizan este panorama como una oportunidad de desafiar los estereotipos de género para contar con más mujeres al volante del transporte de carga. La Secretaría de Economía informa, durante el tercer trimestre de 2023, 97.7% de la fuerza laboral de conductores eran hombres, con un salario promedio de 8 mil 340 pesos. Mientras, solo el 2.27% eran mujeres con un salario promedio de 4 mil 990 pesos. La brecha de género en salarios y fuerza laboral es evidente en el sector de transporte de carga pesada.
Aidé Ponce, gerente de la región norte de ELAM-FAW ve a la perspectiva de género en el sector del transporte de carga como una oportunidad. La gerente afirma para la agencia de noticias, la equidad de género ayudará a enfrentar desafíos, como la inseguridad en carreteras. Asimismo, tener más mujeres al volante también resolverá la escasez de personal operativo.
Según la International Road Transportation Union (IRU), México enfrenta una escasez de 56 MIL choferes, un 9% del total. Si no se abordan las causas de esta escasez, para 2028, podrían existir 106 mil plazas sin cubrir, sugiere la IRU.
La inclusión de más mujeres promueve la equidad y beneficia económicamente al sector. Asimismo, contribuye al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8, impulsando el crecimiento económico inclusivo y sostenible.
Ponce destaca que, aunque es un paso positivo, la inclusión de mujeres enfrenta desafíos únicos en una industria predominantemente masculina. Ante eso, reconoce la importancia de programas de capacitación y políticas de igualdad. La inclusión de mujeres en el transporte de carga es una cuestión de equidad de género, así como un impulso económico y de seguridad vial.
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